Acaban de leer mis alumnos (y yo, releer) ese
hermoso relato, etéreo y sobrenatural que es La Historia de María Griselda,
obra escrita por nuestra recordada María Luisa Bombal. Este delicioso y trágico
personaje que es María Griselda tiene una fugaz aparición en La Amortajada, de
la misma autora, pero en esta obrita, que originalmente es un cuento de 1948 y
luego una novela corta en la edición de 1976, esta hermosa mujer alcanza el
protagonismo en una historia que, partiendo de las tradiciones propias de los
cuentos de hadas, nos muestra una auténtica tragedia producto de un destino que
se ensañó al dotar a una muchacha joven y buena con una belleza extraña y
sobrenatural.
Bien podría ser este el relato de la atracción y la maldición de
la belleza femenina. Por otro lado, el lenguaje, esa forma casi poética en
algunos párrafos o definitivamente lírica en otros, proveen -según nos dijo el
crítico Ignacio Valente hace varios años- un poder alusivo, una descripción
mínima, una explicación casi inexistente, por que los personajes, "los
seres aparecen en su presencia inmediata, más sugeridos que desarrollados, casi
siempre velados a medias por el misterio de todo lo existente. Aparecen, ésa es
la palabra, según el privilegio magno de la poesía, se nos presentan de súbito,
en función de su efectividad humana, altamente subjetiva, sin necesidad de
establecer tediosamente sus conexiones objetivas con el resto de la realidad.
El poder de la sugerencia es maravilloso en estas delgadas y enérgicas
apariciones que, sin embargo, se pliegan espontáneamente a las exigencias del
relato, a su sitio dentro de un argumento, a los recodos de una trama".
No
puedo sino aplaudir este poder poético de la narrativa de María Luisa Bombal,
esa forma suya tan propia para crear atmósferas únicas, sutiles, penetrantes,
envolventes. Pareciera que en este breve texto los personajes flotaran, un tanto desvaídos
y enigmáticos ante la magna presencia de la musa amazona; los acontecimientos,
por su parte, son leves y casi inatrapables; lo dominante es la atmósfera, ese ambiente etéreo cargado de significación que domina todos los hechos, y que en
este caso está ligada a la belleza sobrehumana y destructora de María Griselda.
La identificación de María Griselda con la naturaleza, con el bosque, con el
río, con todo aquello que es telúrico, la provee de las energías necesarias y
la dota de esa condición única de poseer una belleza tan cambiante como
permanente, esa belleza que atrapa y desgarra a quienes la conocen.
Ha llegado
la hora de buscar y releer a nuestra María Luisa, ya tuvo el "Pago de Chile" que
la dejó ir al otro mundo en medio de problemas económicos, de una enfermedad
incurable que por la época en que vivió fue vista como un vicio y sin el único
premio que esperó y soñó toda la vida, el Nacional de Literatura, rescatemos nosotros
el conocimiento y delicia de leer a nuestra única y notable María Luisa.
Para leer una versión digital de La historia de María Griselda, pinche aquí.
prof.
Benedicto Gonzalez Vargas
Yo leí este texto para mi tesis, pobre María Griselda, como dijo su suegra Ana María, no era su culpa ser tan bella
ResponderEliminardame tu tesis xfa
Eliminar¡Qué buena tesis debe haber sido! Lamento no haber comentado antes, pero recién acabo de ver tu texto, gracias a esa persona desconocida que te pide la tesis. ¡Un saludo afectuoso a ambos!
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