miércoles, 3 de julio de 2013

Carolina Hernández y sus ejercicios para la mirada

 
A veces miramos, pero no vemos. a veces ni siquiera miramos. En este mundo moderno tan tecnologizado, globalizado e hipervinculado, muchas veces pasamos al lado de otros seres humanos sin darnos cuenta de sus miradas, de sus ropas, de sus gestos, mucho menos de sus mensajes. en otras ocasiones solo logramos hacer visible para nosotros aquello que aparece en la televisión, lo que es portada de los diarios y lo que parece como trending topic en las redes sociales.


Carolina Hernández es una artista visual que, en esta ocasión, nos invita a ejercitar la mirada a través de hacernos visibles, de agigantarnos y de verbalizarnos unas imágenes que no solo son de estudiantes de algún liceo capitalino, sino que son personas que piensan, sienten, proponen, comentan y sugieren. lo que ellos dicen, lo que no dicen y el metatexto que queda para cada uno de nosotros como observantes, es el mensaje final de esta muestra que,según señala la propia autora, por ser una intervención callejera, puede cambiar incluso en la medida que esas sugerencias, que no son otra cosa que provocaciones, puedan motivar otras lecturas y otras acciones, aunque no siempre sean las esperadas.

Vale decir, la propuesta de Carolina Hernández se completa en nuestra propia apreciación y en lo que haremos con ella, a partir de nuestra mirada y nuestras acciones.

¿Es solo un ejercicio visual como proponen los curadores de la obra? ¿o una simple resistencia sin mayor explicación? yo creo que no. Ejercicio visual es un buen título, pero una pobre definición para esta propuesta. Resistencia, el nombre que le da la autora, da buena cuenta del tono militante en que se concreta la muestra, pero no del tono desafiante que es siempre una vanguardia y no una defensa (como suelen ser las trincheras). esta obra es mucho más que eso, aquí hay también un ejercicio intelectual, un guiño a nuestras creencias y sobre todo a nuestras acciones.

¿Qué hacemos con esta obra? vi personas que le sacaban fotos a las fotos (y probablemente las seguirán replicando), vi otras personas fotografiarse con las fotos, qué duda cabe que algunos las hemos comentado, como lo demuestran las notas de prensa aparecidas en los últimos días. si algún grafitero las raya o interviene, de alguna manera, eso es también una acción. Es la gracia y el desafío de este constructo visual que, en definitiva, es una herramienta para hurgar en nuestras propias emociones, motivaciones y acciones.

Antes de terminar, dos palabras para destacar la labor de Mariela Roa, la estupenda fotógrafa que da la imagen a las obras que, a través de su lente y sensibilidad logra traducir la propuesta artística de la autora y también para Leonardo Esobar, profesor de Filosofía y autor de los textos, de los retazos de escritura, de los fragmentos que constituyen parte esencial de la obra y que son el soporte semántico y verbal de esta obra que eligió la trinchera del arte para la resistencia.

prof. Benedicto González Vargas
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