domingo, 25 de septiembre de 2016

Los tiempos en la Narración

Todo texto narrativo, al contar una historia, requiere proveer a ésta de una dimensión temporal. Tratándose de una narración ficticia como lo es la literatura (hay narraciones no ficticias, como las producidas por el periodismo o la historiografía, por ejemplo), dicha dimensión adquiere mayor relevancia tanto en la escritura, como en la lectura del texto. Esto implica, por lo tanto, que cada texto autodefine su propia duración en su modo de concebir el avance del tiempo.

Todo análisis temporal establece, al menos, dos áreas para apreciar un texto: Los tiempos internos y los tiempos externos.


I Los tiempos internos:

a) Tiempo de la escritura: Corresponde a una importante decisión que el autor que  debe determinar cuándo y por dónde  su narrador empieza a contar la historia. Si lo hace desde el inicio, intermedio o final del relato, Si la historia ya está concluida o no. Esta decisión tiene que ver, por cierto, con una disposición artística de los acontecimientos, para que el relato resulte interesante desde el primer momento. Tomemos como ejemplo La caperucita Roja, el narrador nos cuenta la historia desde el inicio y cuando los hechos ya están concluidos.

b) Tiempo de la historia: Corresponde al transcurso interno de la narración, que se origina en la acción de los personajes y que implica  la temporalidad propia del mundo representado. Por ejemplo, lo que ocurre a un personaje desde que se inicia el relato hasta que termina, excluyendo de la narración otros acontecimientos anteruiores y posteriores a ese tiempo elegido. En nuestro ejemplo, solo importa a la narración lo que acontece desde que la mamá le pide a Caperucita que vaya a aver a su abuela, hasta que el lobo se ahoga en el río tras la acción del leñador. Los acontecimientos anteriores y posteriores no son parte del relato.

c) Tiempo de la lectura: Es el tiepo que necesita cada lector para leer un texto, es el tiempo de la decodificación del relato y, por ende, cada lector requiere tiempos distintos para su lectura, dependiendo de sus habilidades lectoras, edad, etc. En definitiva, es el tiempo que cada uno de nosotros requiere para leer el cuento que hemos usado de ejemplo.

II Los tiempos externos:

a) Tiempo del escritor: Corresponde a todas aquellas circunstancias históricas, sociales, culturales, étnicas, religiosas, etc., que rodean al autor y su tiempo. Cada autor es hijo de una cultura determinada y conocerla nos ayuda a comprender más cabalmente la historia que nos cuenta.
b) Tiermpo del lector: Equivalente al anterior, pero desde la perspectiva del lector. Un lector también pertenece a una época determinada y, cuando las obras son antiguas y distantes temporalmente del lector, se debe hacer un esfuerzo intelectual para situarse en la época del escritor y entender, su visión de mundo, sus conocimientos, la tecnología y costumbres de la época. Saber, por ejemplo, por qué es tan importante el motivo del honor en la Edad Media europea.

c) Tiempo histórico: Es el tiempo en el cual ocurren los hechos narrados. Hay novelas ambientadas en tiempos muy antiguos y otras que se centran en lo contemporáneo, algunas se proyectan muchos milenios al futuro y otras apenas unas horas al pasado. Es interesante considerar que existen historias realistas, de cualquier época en que se ambienten, que son muy fieles a la referencia vital del lector y otras maravillosas, como los cuentos de hadas, donde no hay un referente vital muy preciso para el lector.

Ojalá este pequeño apunte permita comprender mejor el manejo temporal que debemos tener para poder captar toda la intencionalidad de una obra literaria.

prof. Benedicto González Vargas

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