Arthur Charles Clarke (Minehead, Inglaterra, 16 de diciembre de 1917 - Colombo, Sri Lanka, 19 de marzo de 2008) conocido como Arthur C. Clarke, fue un escritor y científico británico. Autor de obras de divulgación científica y de narrativa de ciencia ficción. Entre sus obras más destacadas sobresale, indudablemente, su muy famosa 2001: Una odisea espacial 1968), y otras de gran difusión como Cita con Rama (1973); Las fuentes del paraíso (1979) 2010, Odisea dos (1982); 2061, Odisea tres (1987); Rama II (1989), El jardín de Rama (1991); Rama revelada (1993), El martillo de Dios (1993) y 3001, Odisea final (1996). Además fue coguionista de la película 2001: Una odisea del espacio; entre una treintena de obras más.
La siguiente es una selección de sus más interesantes reflexiones:
1. Aún tiene que probarse que la inteligencia tenga algún valor para la supervivencia.
Cualquier profesor que pueda ser sustituido por una máquina, debería ser sustituido por una máquina.
4. Cualquier tecnología suficientemente avanzada, es indistinguible de la magia.
6. Cuando un científico prestigioso, pero anciano, afirma que algo es imposible, lo más probable es que esté equivocado.
2. El futuro no es ya lo que solía ser.
En el futuro, un viaje de ida y vuelta al espacio, costará nueve euros.
5. Esta es la primera época que ha prestado mucha atención al futuro, lo cual no deja de ser irónico, ya que tal vez no tengamos ninguno.
Estoy seguro de que el universo está lleno de vida inteligente. Simplemente ha sido demasiado inteligente como para venir aquí.
Existen dos posibilidades: que estemos solos en el universo, o que estemos acompañados. Ambas son igualmente aterradoras.
La inteligencia del planeta es constante, y la población sigue aumentando.
La mejor medida de la honestidad de un hombre, que no es su declaración de impuestos, es no modificar la balanza de un baño.
La nueva era espacial (y la nueva era de cualquier cosa), tiene que pasar por una inevitable revolución energética.
La tragedia más grande de toda historia de la humanidad, probablemente, sea el secuestro de la moral por parte de la religión.
La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible.
Leer los manuales de un ordenador sin el hardware, es tan frustrante como la lectura de manuales de sexo sin el software.
Lo que hoy ha empezado como novela de ciencia ficción, mañana será terminado como reportaje.
Los microprocesadores se están metiendo en todo. En un futuro cercano no habrá ningún accesorio -salvo una escoba, acaso- que no tenga un procesador dentro.
Los políticos deberían leer ciencia ficción, no westerns o historias de detectives
Mi definición favorita de intelectual es la siguiente: "Una persona cuya educación supera su inteligencia".
3. No creo en Dios, pero estoy muy interesado en él.
No creo en la Astrología, soy un sagitariano escéptico.
Puede que nuestro papel en este planeta no sea alabar a Dios, sino crearlo.
Puesto que las mujeres son mejores en la producción de bebés, presumiblemente la naturaleza ha dado a los hombres algún talento que lo compense. Pero todavía no lo he encontrado.
Qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debía llamarse Océano.
Si hemos aprendido algo en la historia de la invención y el descubrimiento es que, a largo plazo (y a menudo en el corto), las más atrevidas profecías parecen irrisoriamente conservadoras.
tras cada hombre viviente, hay treinta fantasmas, pues esa es la razón en la que los muertos superan a los vivos.
Una fe que no pueda sobrevivir la colisión con la verdad, no vale muchos arrepentimientos.
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