Discípulo y amigo de Octavio Paz, actual director de la revista Las letras libres, Enrique Krauze (1947) ha tenido una fijación con los caudillos. Como historiador, ha biografiado el poder en México entre los siglos XIX y XX, a través de una trilogía cuyos volúmenes anteriores son: Siglo de caudillos y Biografía del poder. Los caudillos de la revolución. En este libro se ocupa de un caudillo muy contemporáneo, el gobernante venezolano Hugo Chávez.
Según su autor, El poder y el delirio nació en una visita a Caracas, tras el rechazo por votación en 2007 de la reforma constitucional que Chávez impulsaba para seguir indefinidamente en el poder. La investigación, sucesos y viajes siguientes, dan vida a este verdadero reportaje que incorpora las técnicas y géneros de la biografía, el ensayo, la entrevista, el análisis político y la crónica.
Krauze reconoce como positiva la vocación social del gobierno Chavista, pero en una mirada de futuro, adelanta que el régimen marcha a convertirse en una dictadura totalitaria. El libro es una aguda crítica a los autoritarismos personales del estilo de Chávez, que ensalzan su propia imagen como si fuera un culto heroico. Interesantes son los acercamientos a las lecturas del presidente bolivariano y la influencia en él de personajes variopintos, con una extraña mescolanza: Marx, Lenin, Bolívar, Plejánov, Castro, entre otros.
En su presentación en Caracas, mientras Chávez se reunía con sus asesores para buscar fórmulas para perpetuarse en el poder, aunque hubiera perdido la reforma constitucional que había propuesto con tal objetivo, Krauze decía al público que lo acompañaba en la presentación del libro que Chávez es la "aparición, una vez más, de la sombra del caudillo que tantas veces se ha presentado y que tanto daño le ha hecho al desarrollo cívico, político y moral de nuestros países”.
En definitiva, una historia verídica de cómo las democracias se suicidan a sí mismas con caudillos que aprovechando las libertades democráticas, conspiran pacientemente para dar el zarpazo en cualquier momento, en el caso de Chávez, una dictadura formalmente marxista, pero con tintes claramente fascistas, de alcance sudamericano (o más) y donde él mismo se visualiza como padre y héroe de la Revolución.
prof. Benedicto González Vargas
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