Después de casi 18 años de ser publicado este libro y de poco más de tres lustros esperando su turno en mi biblioteca, me animo a aproximarme a estas Cartas para Tomás, que la actriz
Malucha Pinto publicó luego de la muerte de su pequeño hijo. La espera
se fundaba en dos razones, una cierta distancia que en aquellos años
tenía por este tipo de literatura más autobiográfica y una suerte de pudor ante una situación tan personal y tan trágica, como el nacimiento de un niño con problemas graves y un seguro
pronóstico de desenlace fatal y el posterior uso de dicha historia
para la difusión pública a través de este libro que, además, se
convierte en un superventas. Por supuesto que más de algún prejuicio
había en esta postergación.
Sin embargo, llegó el turno de su lectura y el texto, sencillo,
directo, sin boatos lingüísticos de ninguna especie, transmite en su
transparente sencillez un cúmulo de de emociones que nos hace
plantearnos la vida
desde una perspectiva diferente. Nos hace repasar nuestra escala de
valores, nuestras vivencias, nuestros anhelos, nuestras propias
inseguridades y decisiones, nuestras creencias y, por supuesto, genera
nuevos balances en nuestras vidas.
El libro nos ofrece un recorrido desde los primeros momentos en que
se conoce la llegada de un nuevo hijo, hasta los primeros
desalentadores diagnósticos. La sorpresa, la alegría, la esperanza, el
desconsuelo, la desconfianza, la conformidad, la resiliencia y una larga
lista de sentimientos y emociones se van apropiando de los lectores y
nos hacen ser espectadores de primera línea de la gran y dramática obra
de la Vida, donde nosotros podemos ser actores principales de nuestra
propia historia.
Es un texto que hace pensar, que emociona, que nos permite empatizar con el dolor de una madre y nos plantea preguntas nuevas a nuestro corazón.
Interesante, emotivo, profundo en humanidad y sencillo en lenguaje,
es el recuerdo de una vida convertido en poesía, en prosa poética y en
genuina transparencia de alma. Gracias, Malucha, por esta obra.
25 mayo 2014
ResponderEliminarLuisa dice:
Lo leí hace muchos años, cuando salió publicado me lo regalaron, es muy triste, me gusta, pero me deprime.
27 mayo 2014
ResponderEliminarBenedicto dice:
Hola, Luisa, gracias por detenerte a comentar, en realidad es un libro triste, pero hay un trasfondo de dulzura, transparencia e, incluso, de esperanza, que vale la pena rescatar
Saludos afectuosos!