Con la puntuación comunicamos estados de ánimo

Revisando mis documentos y archivos, me encontré esta vieja entrevista a Alejandro Sieveking, etraordinario autor y director teatral de cuya pluma surgieron obras inolvidables como Ánimas de día claro (1959), La remolienda (1965) y La mantis religiosa (1971), entre otras. Y como creo que siempre es importante rescatar y divulgar las ideas de nuestros escritores, me he dado a la tarea de transcribirla y darla a conocer. En esta ocasión, Sieveking se refiere al teatro y a la importancia de la ortografía.

La entrevista en cuestión fue publicada en Icarito el 28 de mayo de 1987 y no existe en internet una versión de ella. Los invito a leerla:

"La expresión forma parte de nosotros mismos y está presente desde la cuna, en el momento que lloramos o reímos. Sin embargo, para expresarla en los textos escritos existen una serie de indicadores que llamamos signos de puntuación. Estos están presentes en todas partes, en las señales de tránsito, en las canciones o en una conversación. Pero, es en el teatro donde adquiere su máxima relevancia.

Para conversar sobre la importancia de la puntuación en el teatro, Icarito visitó a Alejandro Sieveking, destacado actor, director, dramaturgo y profesor universitario.

En un departamento que mira hacia el cerro Santa Lucía, y donde se respira el arte y la cultura, iniciamos esta conversación.

- ¿Cómo explica el uso de los signos de puntuación en el trabajo teatral?

- Es fundamental, sin ellos ningún actor puede dar la emocionalidad ni la expresión necesaria a un personaje. Al actor, los signos de puntuación, le indican la intencionalidad; e incluso se añaden lecturas entre paréntesis (1) a los guiones para poner más énfasis énfasis en los parlamentos.

- Cuando no es posible ocupar las palabras y se tiene que comunicar con el cuerpo, como lo hacen los mimos, ¿de qué manera se manifiesta la emocionalidad presente en los signos de puntuación?

-Las pausas siguen existiendo y las expresiones de felicidad, tristeza e interrogación también, lo que pasa es que hay otro código  que se está usando, ya no son las palabras las que comunican, sino que es el cuerpo, sus movimientos, formas de caminar, gestos faciales; en fin toda la expresión corporal se transforma en un lenguaje.

- Al elegir las obras que se van a representar, ¿en qué se fija el director teatral, las elige pensando en la expresividad que contienen o en su contenido?

- Hay diferentes formas de ver el teatro y por lo mismo, los directores eligen los guiones de acuerdo a esos criterios. Algunos dicen que no se está haciendo el teatro que se necesita, y se reúnen a pensar qué  pueden decir que otros ya no hayan dicho, cuáles son los temas más importantes que están afectando a la gente. De pronto surgen modas, como el realismo psicológico (2), con mucha influencia de Chejov.

- En la preparación de un actor, ¿cómo se educa esta capacidad expresiva?

- Muchas veces se piensa que se debe sobre expresar. Sin embargo, los diferentes medios en los que se desenvuelve un acto son diferentes. En la televisión, así como en el cine, basta que el actor haga un pequeño gesto, para que quede expresado el estado de ánimo que se busca. Mientras que en el teatro, la forma de  expresar pausas, interrogaciones y exclamaciones debe ser mas exagerada, de lo contrario, el espectador ubicado en la fila número 19 no distinguirá un gesto de otro,"

Hasta aquí esta interesante entrevista que he querido rescatar para los lectores de este blog.

prof. Benedicto González Vargas

Nota:

(1) En teoría literaria se conocen como acotaciones, que son los textos entre paréntesis que aparecen en las obras dramáticas y que sirvan para entregar indicaciones específicas necesarias para la puesta en escena de las obras.

(2) Una de la técnicas más usuales de esta literatura es la llamada "corriente de la conciencia", que elimina la puntuación para reflejar mejor el flujo de la conciencia.

Publicada en Icarito N° 852 del 28 de mayo de 1987.

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