En estas últimas entradas, en las que me he centrado en la poesía, me he referido ya en varias ocasiones al hablante lírico, a quien hemos definido como "la voz que habla en el poema" y advertido que no debe confundirse con el poeta o autor. Esta voz, creada por el autor, es la que nos transmite sus emociones, sentimientos, anhelos, ideas, etados de ánimo, etc. En el poema el hablante se sitúa en una determinada posición respecto del objeto/sujeto lírico y a esa posición es la que llamamos actitud.
Las actitudes líricas son tres:
1. Actitud enunciativa: Aquella en que el hablante lírico nos transmite hechos o descripciones que se encuentran fuera de su entorno íntimo, gramaticalmente se reconocen por estar redactados con verbos conjugados en tercera persona (el, ella, ello, ellas, ellos). Ejemplo:
El cisne en la sombra parece de nieve;
su pico es de ámbar, del alba al trasluz;
el suave crepúsculo que pasa tan breve
las cándidas alas sonrosa de luz.
(Leda, fragmento. Rubén Darío).
2. Actitud apostrófica: En esta actitud el hablante lírico se dirige directamente al objeto / sujeto lírico, como si estuviera en frente y le hablara. Los verbos están conjugados en segunda persona (tú, Ud., vosotros, ustedes). Ejemplo:
Cebolla,
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
(Oda a la cebolla, fragmento. Pablo Neruda).
3. Actitud carmínica: Aquí el hablante lírico se refiere a su propia interiordad, expresando sus personales sentimientos, emociones y deseos. Generalmente se corresponde con la primera persona gramatical, especialmente con el singular yo.
Yo no comprendo
francamente,
cómo es posible que un
muchacho
tenga ese gesto tan indigno
siendo tan rubio y delicado.
(Defensa del árbol, fragmento. Nicanor Parra).
Finalmente, cabe señalar que en un poema el hablante lírico puede asumir varias actitudes líricas, pero siempre debemos considerar que es una la que predomina.
prof. Benedicto González Vargas
¿Puede haber un poema que tenga actitud apostrófica y actitud carmínica?
ResponderEliminarSí, es frecuente que los poemas tengan más de una actitud, por eso cuando analizamos un poema, salvo que sea evidente la existencia de una sola actitud, lo que debe decirse es cuál es la actitud predominante, ya que es muy difícil que sea única. Ojalá me hubieras dicho tu nombre. Gracias por comentar.
EliminarMe fue de mucha utilidad el dato... Gracias 🙂
ResponderEliminarGracias a ti por detenerte a leer y comentar.
Eliminarmi profesora me dice que hay cuatro, que puedo hacer?
ResponderEliminarEn este caso creo que debes decirle que en las partes donde has investigado se habla de tres actitudes y que ella te diga cuál es la cuarta porque no la encuentras. En lo personal yo digo que son solo tres, pero estoy disponible a aprender de tu profesora cuál es la cuarta actitud. Saludos y me encantaría saber tu nombre.
EliminarToy volao alo
ResponderEliminarXDDDD
EliminarBuenas tardes, en el poema de Federico Garcia Lorca, El Silencio.
ResponderEliminarOye, hijo mío, el silencio.
Es un silencio ondulado,
un silencio, donde resbalan valles y eco
y que inclinan las frentes hacia el suelo.
la Actitud es enunciativa o también es Actitud apostrófica
Excelente... Gracias
ResponderEliminarMuchísimas gracias por detenerte a leer y comentar. Lamento no conocer tu nombre, para otra vez anótalo en el cuerpo del comentario. Saludos afectuosos!
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