sábado, 26 de agosto de 2006

Para los amantes de la Ciencia Ficción chilena

La Literatura de Ciencia Ficción es un género extraordinario. Lo vine a descubrir hace poco más de diez años, cuando tuve que hacer una investigación sobre la novela El Jardín de los Siete Crepúsculos del autor catalán Miquel de Palol y Muntagnyola. Antes, pese a los varios años de formación universitaria en el ámbito de las letras, ningún profesor nos hizo leer ni comentó siquiera las obras de este género. Es más, creo recordar que alguna vez en una clase alguien osó preguntar sobre el tema y la respuesta fue un lapidario "estamos hablando de literatura de verdad...". Ahora, con los años, ahora que gusto y disfruto de este género, me rebelo ante la ignorancia supina de aquel académico que desconocía o subvaloraba el aporte de monstruos literarios como Julio Verne, Herbert George Wells, Aldous Huxley, Ray Bradbury o nuestro muy ilustre HugoCorrea, grande entre los grandes de la Ciencia Ficción Mundial. 

martes, 15 de agosto de 2006

Shyvy: La poesía de una mujer

“Soy una Mujer, antes que todo soy una Mujer, después soy madre, hija, hermana, amiga, poetisa, profesora, inconclusa, sin definiciones y amo... amo todo... lo mismo que odio ahora, antes lo he amado”.

Así se autodefine Silvia Rojas P., Shyvy, una interesante poeta chilena avecindada en la ciudad de Talca (a unos 300 kilómetros al sur de Santiago).

lunes, 14 de agosto de 2006

Shyvy Internacional

En la edición de hoy de la Ciudad Letralia, espacio asociado a Revista Letralia, aparece un artículo que envié hace algún tiempo en que destaco a nuestra talentosa Shyvy, para que la conozca todo el mundo hispanoparlante amante de la poesía. Los invito a leer el artículo en este enlace. ojalá que les guste. 


prof. Benedicto González Vargas 
publicado originalmente en mi blog de Atinachile el 14 de agosto de 2006


sábado, 5 de agosto de 2006

Nuestro nuevo Premio Nacional de Literatura



No era el que más me gustaba, pero reconozco el talento y el merecimiento del premio. Creo que si fuera por influencia permanente y por polémicas aseguradas, Enrique Lafourcade debiera haber sido el elegido. Si es un premio a una trayectoria dedicada a las letras, Luis Merino Reyes era lejos el merecedor. Si se trata de premiar la narrativa brillante y sacudirse de paso los prejuicios extraliterarios, Miguel Serrano se los llevaba por delante a todos. Pero el caso es que el triunfador fue José Miguel Varas y su premio es merecido, muy merecido. A su casi perfecta pluma literaria une la no menos brillante pluma periodística (qué entretenido es ser periodista en esta época, Varas ha sido testigo privilegiado de montones de experimentos y cambios que ha tenido nuestro país).