Profesores llevan exceso de trabajo para su casa

 (por Emma Antón Cerda)

Catalina Padilla es profesora de Historia en el Liceo 1 de Santiago y cuenta con una posición privilegiada respecto a muchos de sus colegas, ya que posee el tiempo durante su jornada laboral para dedicarse a otras tareas que implica ser profesora.

"Cuando empecé a trabajar decía que no me alcanzaba el tiempo, pero conversaba con colegas de otros colegios y me decían que yo tenía mucho tiempo, y ahí está la realidad: cómo hacemos que todos los profesores se sientan con tiempo", reflexiona.

Coaching educativo, ¿una moda?

Andrea Giráldez  es una de las mayores exponentes de la educación artística, las nuevas tecnologías aplicadas a la educación  y el apoyo a los docentes a través del coaching educativo. En esta ocasión, dejo a Uds. el vídeo que encabeza esta entrada, donde esta destacada docente nos habla del esfuerzo que está haciendo para difundir técnicas de coaching educativo inclusivas y que posibiliten un verdadero mejoramiento en la profesión docente. Especialmente destaca la necesidad de un esfuerzo compartido y del modelo dialógico que propone para adentrarse en las más profundas convicciones y necesidades de los docentes.

Otra estupidez parlamentaria: Ley contra las tareas escolares

Corría 1971 cuando la destacada docente chilena Olga Avendaño publicó un libro que fue pieza fundamental en la formación de educadores hasta bien entrada la década de los 80. Me refiero al libro La Tarea, una actividad de aprendizaje, libro que bien debieran leer hoy algunos parlamentarios que buscando impulsar leyes populistas que les aseguren votos baratos de padres antitareas, han cometido el despropósito presentar un proyecto de ley que las prohíbe para todos los estudiantes de jornada escolar completa.

¿Quiénes son estos insignes pedagogos que han descubierto que la tarea no sirve para nada y solo estresa a los estudiantes? Pues acá están sus nombres: Jaime Quintana (PPD), Carlos Montes (PS), Ignacio Walker (DC) y Fulvio Rossi (PS), cabe señalar que, por cierto, ninguno tiene el título de profesor.