Los radioteatros fueron memorables en una
época pasada de la radiodifusión de nuestro país. Cuando era niño, por
allá por la década del 70, solía escuchar estas emisiones que han
quedado indeleblemente grabadas en la memoria cultural del país.
Recuerdo que en el primer recreo en la escuela, a eso de las 9.30 de la
mañana, varias compañeras de curso escuchaban en una radio portátil El
espejito, que contaba historias de amor que los mismo auditores enviaban
en sus cartas.
A eso de las 12 horas (y por eso solo podía escucharlo en vacaciones), radio Portales emitía Lo que cuenta el viento, una serie dedicada a leyendas campesinas, generalmente de misterio. Posteriormente, se disputaban las preferencias las radios Portales y Minería con Hogar, dulce hogar, de Eduardo de Calixto, La bandita de Firulete, de Jorge Romero, Residencial La Pichanga, de (¿), que era una suerte de mirada diaria al campeonato nacional de fútbol y, por cierto, la inolvidable Radiotanda, encabezada por Anita González, La Desideria y Sergio Silva.