Junto con mi hija, quien aparece en la fotografía, conocimos a María
Eugenia Rojas un miércoles por la tarde en su sencilla oficina del
Pidee, una institución defensora de los derechos humanos, especialmente
de los derechos de los niños. Una casa grande y hermosa, con mucha
historia de ayuda social y de lucha contra las injusticias. Ella es hija
del gran escritor chileno Manuel Rojas, pero su vida personal es un ejemplo de sacrificio y ayuda a los demás.
La contactamos porque Helein —mi hija— debía efectuar un trabajo
escolar con un cuento publicado por María Eugenia. Al ahondar un poco
en su biografía y en su testimonio, me di cuenta de que estaba ante un
personaje clave de los últimos 80 años de la vida cultural y política de
Chile. Y, por cierto, fue un privilegio estar con ella y compartir
esto a través de Letralia.