En mi vida he
leído muchos libros, miles diría yo, y desde hace algunos años, incluso, he
empezado a comentar las lecturas que hago. Dichos comentarios los voy publicando en este
blog y los replico en el club de lectura, pero este ejercicio lo llevo desarrollando
pocos años y hay muchos libros que leí que no he comentado. Sin embargo, este
artículo intenta, más bien, ser una invitación para reencantarte con la
lectura, con el placer oculto de ir desentrañando historias que otros han
imaginado y que comparten con nosotros
Los libros son
entidades de gran paciencia, esperan años, decenas de años que nos decidamos a
leerlos y siempre guardan con frescura su contenido. Al fin y al cabo, todos
quienes nos hemos familiarizado con los libros, sabemos que algunos han
cambiado nuestras vidas o son definitivamente inolvidables.
Por esa razón
me cuesta entender a aquellos que dicen no tener tiempo para leer o que
reemplazan el inefable mundo de la lectura con la vida audiovisual, interactiva
y digital que nos ofrece internet, la que por cierto también me interesa y que
no me parece para nada excluyente de la lectura.
Es que la
lectura nos entrega no solo el placer estético cuando se trata de ficción, sino
que también conocimientos e ideas que pueden influir poderosamente en nuestra
formación personal y profesional. La lectura puede ser un agente de cambio, al
ser parte fundamental de los procesos educativos.