Conozco de cerca el abnegado trabajo de miles de profesionales que, sin ser docentes, ejercen docencia en las escuelas técnico profesionales a lo largo del país. Cuando estuve en Enseñanza Media estudié dos años en el Liceo La Gratitud Nacional
y luego he tenido a docentes de escuelas TP como estudiantes de
postítulo en la universidad o he trabajado con ellos en diversos
proyectos comunes.
La inmensa mayoría de estos profesores tienen una vocación y un compromiso docente a toda prueba, llevan años de experiencia en las aulas y talleres
y lo único que no tienen es el título profesional de profesor en la
especialidad en que hacen clases porque, simplemente, nuestro sistema
educativo superior no los otorga.
Blog de Educación, Nuevas Tecnologías, Cultura de Paz, Literatura y Artes en general.
jueves, 30 de diciembre de 2010
miércoles, 22 de diciembre de 2010
La casa del oro, de Liam O'Flaherty
Mucho había escuchado o leído respecto del talento narrativo de un
escritor irlandés muy famoso en su patria -es considerado el mayor
narrador del siglo XX en ella- y bastante conocido también en Europa y
Estados Unidos, me refiero a Liam O'Flaherty (1896-1984), autor de obras
de gran difusión y buena crítica como El Delator, que fue llevada exitosamente al cine por John Ford. Sin embargo, por diversas razones, nunca había leído nada de este escritor, hasta que cayó en mis manos su novela La casa del oro, en una vieja edición argentina de Acme fechada en 1945.
Tras la lectura de sus 286 páginas me quedó la sensación de que se
trataba de una novela menor en medio de la producción de este autor
porque poco o nada pude confirmar de los talentos narrativos del autor,
de quien se alaba su vertiginosidad, no dar respiro a los lectores, su
profundidad psicológica y una inclinación ideológica hacia los sectores
más desposeídos o maltratados de la sociedad.
jueves, 16 de diciembre de 2010
La creatividad y la escuela del siglo XXI
Hoy se reconoce universalmente que la creatividad es una capacidad que
puede estimularse y desarrollarse en algún grado en todas las personas.
Este hecho hace que para la educación revista un desafío de primera
magnitud poder desarrollar las capacidades creativias de los
estudiantes, pero para ello hay que cambiar algunas prácticas
tradicionales, anquilosadas, demasiado arraigadas en los ambientes
escolares.
No es exagerado decir que hoy, como nunca antes, la educación es una
actividad fundamental para el futuro de las personas y las sociedades.
En este mundo cambiante en el que les corresponderá vivir a las actuales
y futuras generaciones de estudiantes, es la educación orientada a
desarrollar y estimular la creatividad la que responde mejor a las
exigencias actuales.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
La creatividad y su dimensión valórica
En su libro La Creatividad
el profesor Ricardo López recuerda el caso de la fatal expedición de
Robert Scott al Polo Sur. Durante el viaje de regreso, luego de alcanzar
el polo, el teniente Evans enfermó gravemente y Scott decidió llevarlo,
pese a que el clima ya no favorecía el regreso. El lento viaje de la expedición arrastrando a Evans hasta que éste murió provocó que la expedición se encontrara con tormentas de nieve
que hicieron imposible la marcha. También enfermó el capitán Oastes,
que igualmente fue trasladado apenas por sus compañeros y quien murió
pronto. Los expedicionarios quedaron sin alimentos y murieron a sólo 15 kilómetros del refugio que les hubiera salvado la vida.
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miércoles, 1 de diciembre de 2010
Creatividad, serendipia y esfuerzo
Es frecuente que cada vez que leemos la historia
de algunos inventos nos encontramos con el hecho de que muchas veces
esto ocurrió debido a la fortuna, el azar, a una circunstancia
inesperada que provoca un resultado creativo increíble.
No se puede negar la importancia del azar o, más propiamente dicho, serendipia,
pero hay que reflexionar un poco respecto de cómo y por qué esto ocurre
y ahí nos encontraremos con dosis relevantes de esfuerzo personal muy ajeno a la mera casualidad.
En efecto, conocemos la famosa expresión eureka de
Arquímides y otras varias circunstancias fortuitas que ayudaron a
Einstein, Pasteur, Fleming, Newton, Franklin, Goodyear, entre otros, y
muchas veces la simple anécdota esconde el sentido profundo del esfuerzo
personal que "empujó" dichas casualidades. En muchos de los casos de
serendipia hay empeños tan notables que llevan décadas siendo sostenidos
con gran persistencia.
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