Yo no sé si ustedes habrán tenido algunas noticias de lo que pasa en Chile, pero este país está entretenidísimo en los últimos días, de hecho he estado tan interesado en lo que está pasando que no he tenido tiempo ni de escribir, sólo me lo paso con los ojos bien abiertos y las orejas enormes (en eso me parezco al lobo de Caperucita) escuchando por aquí y por allá respecto de un montón de cosas harto variadas que me interesan una igual que la otra y se han ido superponiendo en sus imágenes como si fuera una pesadilla o la película más hilarante.
A mis lectores (si es que existe algo así en esta Ciudad)1 les advierto que esta nota es tan desordenada como los sucesos que me han conmocionado, en fin, ¡viva Chile!, porque mi país está muy entretenido.
Hace ya algunos meses se armó una enorme polémica porque nuestra distinguida Presidenta, la Mami de Chile, señora Michelle Bachelet Jeria, no había tomado la decisión más trascendente de nuestra política interna: elegir entre Guatemala y Venezuela al representante latinoamericano en esa suerte de Olimpo omnipotente que es el Consejo de Seguridad de la ONU. Desde “Gringolandia” empezaron a llegar insistentes recados respecto de lo mal que caería en ese país (que nos quiere tanto) que votara Chile por la pequeña Venecia. Desde Chavilandia también nos llegaban recados del amor incondicional que el señor Presidente tiene por nuestra blonda mandataria, lo que se demuestra en cada cita internacional en la que se encuentran, pues sabido es que el presidente Chávez no escatima piropos a nuestra Mami.
En Chile, el embajador de Venezuela se fue de lengua hablando mal de un partido político de la concertación gobernante y ardió Troya. Un grupo grande, no sé cuántos, porque nuestras encuestas son menos confiables que los acuerdos de paz en Medio Oriente, decían que había que votar Chávez porque nos consiguió votitos para el “panzer” Insulza en la OEA y el otro grupo, grande también, decía que había que votar por Guatemala, aunque doliera la “guata”,2 todos señalaban que la indecisión de la mami era lo más malo que le podía ocurrir al gatito chileno que se cree jaguar.
Como todos saben, Chile “votó” por la abstención y nuestras autoridades inventaron la rara teoría de las abstenciones activas y pasivas, y por cierto que la nuestra resultó ser activa, aunque no logré comprender las saltimbanquis explicaciones de nuestro ministro. En definitiva, todos aplaudimos la decisión de la Mami y viva Chile, porque juramos que en Chavilandia y Gringolandia nos siguen queriendo como antes. Lo raro es que cuando el propio don Pinocho votó por Cuba hace años atrás, acá nadie se escandalizó y el no voto de nuestra Jefa Mayor provocó un lío enorme como si fuera la más importante resolución de política interna.
Luego vino la Feria del Libro. ¡Eso sí que nos gusta a todos! Por primera vez la Ciencia Ficción tenía presencia en ella con tres actividades: la presentación de una antología de la CF chilena, preparada por Marcelo Novoa, gestor del sitio Puerto de Escape, una conversación con el editor español Miguel Barceló y un repaso de la CF en español, este mundillo de fanzines y ñoños que tanto nos gusta a algunos. Pero resulta que estaba yo metido en esto de la Ficción Especulativa, como le llaman ahora al género, cuando la ficción fue superada por la realidad al conocerse algunas malolientes maniobras acontecidas en algunas oficinas gubernamentales como Chiledeportes, cuyos presupuestos en vez de ir a parar a manos de nuestros sufridos atletas, se iban derechito a las campañas de algunos distinguidos y honorables parlamentarios, algunos de los cuales han debido reconocer que hasta las facturas de pagos presentadas al Servicio Electoral para solicitar el reembolso de los gastos de campaña son falsas.
Aquí con esto se armó la grande y pasé de un guindazo de la Ciencia Ficción a la más desdorosa realidad política mientras el Gobierno de la Mami intentaba explicar lo inexplicable, mientras clama que se hará justicia “caiga quien caiga”3 y la Oposición se hace un picnic denunciando cualquier cosa porque a estas alturas se puede denunciar la cosa más inverosímil y... ¡existen altas posibilidades de que sea cierto!
Así los hechos un senador ha “congelado” su militancia en un Partido, otro está siendo investigado hasta en las tiendas donde compra ropa interior, el PPD, Partido por la Democracia, ahora más parece Partido por la Mitad, una subsecretaria llamó a conferencia de prensa para desmentir una denuncia y terminó diciendo que la denuncia era cierta... ni nuestro Condorito lo habría hecho mejor.
En fin, este país parece que está de carnaval porque la risa ya no la puedo parar, aunque sospecho que todo lo que escribo da más para llorar que para reír. Puedo agregar a modo de pastillitas ilustrativas que en la ciudad de Talca por enésima vez entregaron bebés equivocados en la Maternidad, que una banda de jóvenes delincuentes fue arrestada otra vez (yo no sé para que las arrestan si salen libres al otro día),4 que las editoriales chilenas están peleadas a muerte y varias se separaron de la Cámara Chilena del Libro, que una conocida modelo hizo tortilla su vehículo y quedó ilesa, felizmente tiene un par de buenos airbagspersonales, que le permitieron, con un par de contusiones, salir indemne. Nuestros pingüinos escolares, por su parte, amenazan con no responder los exámenes Simce5 en señal de protesta, en fin, suma y sigue.
Lo mejor es que en medio de esta trifulca tuve el honor, mejor dicho el placer de conocer a nuestra letraliana amiga Lilian Fernández Hall, argentina avecindada en Suecia quien, producto quizás del cambio climático o de la inclinación del eje terrestre, fue a dar a Santiago de Chile para visitar nuestra humilde Feria Internacional del Libro. Nos encontramos para hablar del común y cibernético amigo JorgeLetralia y para almorzar en un restaurante de las afueras de la capital, y como yo andaba acompañado de toda la prole,6 le tocó hacer hasta de niñera con mis adorables niñitas. Para ella (que sí merece tener lectores) un beso y un abrazo sincero.
Por todo lo anterior, lo he pasado extraordinariamente bien, tratando de entender cómo funciona eso que llaman la “clase política”, de desentrañar para dónde va la educación, de escribir algunos cuentillos de Ciencia Ficción para que me los publique Tauzero, de cuidarme de no ir a parar al Hospital de Talca y de tratar de contar la cantidad de pulgas no muy santas que tiene Chilito, un país que quiere ser jaguar, pero que sigue siendo un poquito “picante”.
Notas
- Y de existir no dejaría de sorprenderme porque de seguro ha de ser una manera algo extraña de perder el tiempo o una suerte de terapia de insospechados alcances patológicos.
- En Chile, el término “guata” significa barriga y por lo tanto Guatemala nos suena como “dolor de barriga”.
- Claro, mientras no sea el ministro nombrado por ella o su subsecretaria (viceministra) o algún alto funcionario de confianza.
- Acá le llamamos la “Puerta Giratoria” a la rara costumbre de los tribunales de dejar libres a los delincuentes, mientras las policías los atrapan una y otra vez.
- Simce significa “Sistema de Medición de la Calidad de la Enseñanza” y se aplica a nivel nacional todos los años para darnos cuenta de lo pésimo que estamos.
- Mi mujer no me deja solo ni para conocer a una mujer tan linda y estupenda como Lilian.
prof. Benedicto González Vargas
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