En
mi trabajo como profesor de Lengua y Literatura, suelo incluir entre
las lecturas domiciliarias de mis estudiantes de primero o segundo de
educación secundaria la novela Rebeldes, de Susan Hinton
y siempre, invariablemente, esta historia logra conmover a una buena
parte del alumnado. Según me entero, la versión cinematográfica que
Francis Ford Coppola hizo de esta obra también caló profundo en miles de
jóvenes. ¿Qué tiene Rebeldes que la hace tan cercana a la juventud?
Examinemos un poco su trama para desentrañar este misterio:
Ponyboy Curtis es un joven de 14 años que estudia en secundaria y es
bastante inteligente, según sus propios profesores, pero él pertenece a
una pandilla, los greasers (grasientos), que son jóvenes pobres
que, a menudo, rompen las reglas y las leyes para poder sobrevivir o
para imponerse a sus odiosos adversarios, los socs, jóvenes
adinerados que visten bien, conducen autos caros y que no toleran que
pase ante su vista un grasiento. Ponyboy tiene dos hermanos: Sodapop y
Darry, el mayor, con quienes tiene una buena relación, aunque con cierta
distancia hacia su hermano mayor.
Las jugarretas del destino hacen que Ponyboy se vea involucrado en una riña con resultado de muerte para un socs, él y su buen amigo Johnny deben huír, refugiándose en una iglesia abandonada. Mientras ellos no están ahí, inexplicablemente, la iglesia arde en llamas. De villanos a héroes se convierten entonces cuando salvan del fuego a unos niños. Aunque Johnny está tan mal que no resiste las quemaduras.
Las jugarretas del destino hacen que Ponyboy se vea involucrado en una riña con resultado de muerte para un socs, él y su buen amigo Johnny deben huír, refugiándose en una iglesia abandonada. Mientras ellos no están ahí, inexplicablemente, la iglesia arde en llamas. De villanos a héroes se convierten entonces cuando salvan del fuego a unos niños. Aunque Johnny está tan mal que no resiste las quemaduras.
De luchas de pandillas, de amores juveniles, de estudios abandonados,
de violencia intrafamiliar, de robos, alcohol y drogas y sobre todo de
una sociedad que no acoge a los niños y jóvenes en riesgo social nos
habla esta novela que, a gusto de adulto, puede resultar un tanto
liviana y predecible, pero que tiene la virtud de atrapar a los lectores
jóvenes y, lo mejor de todo, hacerlos reflexionar respecto de problemas
sociales que están tan cerca nuestro y que a veces no logramos
dimensionar.
Excelente obra para la lectura y reflexión escolar.
Para leer una versión digital de esta novela, Pinche acá
prof. Benedicto González Vargas
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