Muchas cosas pueden decirse respecto del
problema actual por el que atraviesa la educación chilena, pero indudablemente
lo que no se puede hacer es culpar de dichos problemas sólo a un actor de todo
el proceso y siento que eso es lo que se ha venido haciendo -intencionadamente
o no- al culpar de todas las fallas y problemas de calidad al cuerpo docente.
Esto no quiere decir que los profesores no tengamos responsabilidad al
respecto, sólo que no habrá soluciones eficientes si no se analizan
adecuadamente las causas y se asumen y corrigen los errores que los múltiples
actores de este proceso han cometido. Como dice Fernando Flores, el problema de
la educación no es solamente local, no tiene que ver con una dificultad
específica de nuestro país o región, sino que es la manifestación del cambio
que está viviendo nuestra civilización.
Los vertiginosos avances en la
tecnologías de la información, la globalización y los nuevos intereses de
nuestros jóvenes y niños han desnudado las prácticas caducas, extemporáneas y
escasamente significativas de la Educación. Un lugar común que es frecuente
encontrar en seminarios y charlas al respecto, pero que no deja de tener razón,
señala que si una persona del medioevo fuera trasladada a nuestra época,
difícilmente reconocería las prácticas laborales y los entornos en los que se
encuentra, pero que no tendría dudas al reconocer una escuela, por cuanto los
procesos siguen siendo esencialmente similares desde aquella época.
¿Qué podemos
hacer entonces con este problema que excede largamente los análisis menores que
se han hecho y que, según sea el analista, terminan culpando a los ya
mencionados docentes, a los programas de estudios, al Mineduc, a las
universidades formadoras de profesores, a la LOCE , a los sueldos, a las
municipalidades, al cambio en las estructuras familiares, a la indisciplina de
los alumnos, al sistema de libre mercado, a la falta de tecnología, al exceso
de tecnología y una variopinta cantidad más de causas estructurales? ¿Qué
podemos hacer si cada participante de este proceso cree tener una suerte de
verdad unívoca, cuando no francamente dogmática, e intenta imponer al resto sus
convicciones, produciendo con ello la imposibilidad de llegar a acuerdos
fundamentales?
Resolver el problema educacional requiere, en primer término,
tener claro para qué deseamos la Educación, cuál es el rol que ésta debe
cumplir en nuestra sociedad moderna, cuáles son las verdaderas necesidades del
país al respecto proyectadas y sustentables en el tiempo. Lo que he dicho es
una obviedad imperdonable y, sin embargo, ¿cuántos de nuestros padres y
apoderados, estudiantes, directivos docentes, funcionarios ministeriales,
políticos, autoridades religiosas y gobernantes pueden estar de acuerdo en, al
menos, tres o cuatro puntos fundamentales? ¿Cuántos aparecerán en esta encuesta
con un decidor No Sabe, No Responde? Nos falta saber qué queremos conseguir con
nuestra Educación y poner en ello todas nuestras fuerzas. Puede ser duro
decirlo, pero falta liderazgo es esta área, falta que se vincule a la educación
con una Visión moderna, se convierta ello en Misión y se dinamicen los entornos
y contextos para alcanzarla. Lo peor de todo es que pienso, que dichos
liderazgos existen, pero quienes tienen la responsabilidad de darles autoridad,
escucharlos y darles la oportunidad de ejercer influencia, no lo han hecho.
Allí está Fernando Flores, con el tema del Emprendimiento, que es algo más que
un frase publicitaria, es una realidad urgente de asumir y proyectar. Allí está
creando masa crítica, pero ¿qué se está haciendo en la práctica real y concreta
para implementar algunas de sus ideas en la plataforma educativa? Allí está
también José Joaquín Brunner, hablándonos en forma permanente de la formación de
Capital Humano adecuado a la Sociedad de la Información. Pero más allá de
invitarlo a variados seminarios ¿se lo escucha de veras? Allí esta Jorge
Carvajal, hombre pausado y claro en sus ideas, honesto y consecuente a más no
poder, incorporando a la Educación los valores éticos y morales desde una
perspectiva laica y no dogmática. ¿Cuántos lo conocen? Sería largo e injusto
seguir nombrando (y omitiendo) personas que pueden promover el cambio que
necesitamos y porque tienen
ideas y saben de visiones y misiones.
Alguien debe convocarlos Aquí está
Atinachile, abriendo conversaciones y generando ideas, lluvias de ideas,
tormentas de ideas, con la esperanza de influir y ser escuchados. Si yo fuera
comentarista deportivo diría, ¡Vamos Chile, que se puede! Pero debemos ser más
humildes y dejar de lado nuestras banderitas personales y escuchar a los que
saben e iluminan.
Prof. Benedicto González Vargas
publicado originalmente en Educandonos el 29 de septiembre
de 2006
y en el Foro de la Crisis
de la Educación de Atinachile
Enviado por Edgardo Sandoval (no verificado) el Lun, 2006-OCT-02 00:53
ResponderEliminarPropuestas educativas:Ya se sabe que paso con las estafas de un sr. sostenedor, sostenido por el estado y nosotros los apoderados, pero ese es el problema, segun veo aqui se habla de propuestas de solucion a los grandes problemas. Nosotros estamos generando una, en principio se trata de una administracion distinta a las propuestas hasta ahora, queremos administrar nosotros como padres y apoderados el colegio, queremos la participacion de la comunidad escolar toda (padres-alumnos-profesores-otros docentes y paradocentes). En principio lo estamos peleando (tomenlo literalmente), pero despues de leer varis articulos, creo que no es pretencioso plantearlo como una solucion al problema educativo. Creo que lo principal es dar estabilidad a la comunidad para desarrollar el plan educativo que sea y que mejor que sea la propia comunidad la que se administre. Parece que en otros paises esto se hace y funciona (paises bajos por ejemplo), a nosotros nos dejaron botados desde el ministerio hasta el ultimo medio de comunicacion, pasando por todo tipo de autoridades, el colegio sigue en toma pero tenemos clases normales (que contradictorio) en este ambiente cafkiano se nos ocurren algunas cosas, ojala nos escuchen responder
prof. Benedicto González Vargas, dice:
Eliminar2 octubre 2006
Edgardo, no puedo opinar sobre una situación que no conozco, pero sinceramente espero que les vaya bien y que ocurra lo mejor para los niños y la comunidad educativa. Un abrazo!