Miradas sobre la Educación en Iberoamérica 2017, de la OEI

           

Acaba de aparecer el Informe Miradas sobre la educación en Iberoamérica 2017, presentado por la organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, OEI, y cuya temática principal es el desarrollo y liderazgo de los directores escolares. Sin lugar a dudas, este tema es de vital importancia para el mejoramiento de la calidad de la educación en cada uno de los países que se encuentran efectuando procesos de reforma educativa, tanto en lo curricular, como docente y administrativo. La importancia de nuevas miradas en el liderazgo y dirección escolar quedó de manifiesto y relevado en la  Declaración XXV de la Conferencia Iberoamericana de Educación (Andorra, 2016), donde los ministros de educación de los países concurrentes señalaron que el tema constituye un área prioritaria en las políticas educacionales de Iberoamérica.

            La elaboración del informe “Miradas 2017” es producto del trabajo coordinado entre el Instituto de Evaluación de la OEI (IESME) en colaboración con los Institutos de Evaluación y Estadística de Brasil (INEP), España (INEE) y México (INEE), con el apoyo de consultores externos, que colaboraron con la redacción de distintos capítulos. Toda la información que presenta el documento ha sido recogida a través de un cuestionario especialmente diseñado para la elaboración de este informe y estructurado en función a los distintos capítulos en que se organiza el estudio. La encuesta fue completada por los miembros del Consejo Rector del IESME, constituido por los institutos de evaluación y/o estadística de los ministerios de Educación de los países de la región.

            El informe en cuestión, de 257 páginas, se presenta en seis capítulos que entregan antecedentes, datos y perspectivas relativas al desarrollo profesional y liderazgo que manifiestan los directores escolares en la región. El primer capítulo, “Funciones y competencias de los directores en los centros escolares de Iberoamérica”, analiza las políticas relativas a los directivos de centros escolares: sus funciones, competencias y autonomía, a partir de las normativas nacionales y, en algunos casos, también estatales o provinciales, según corresponda. Se observa además un creciente consenso en cuanto a que la gestión y dirección escolar ya no tiene que ver exclusivamente con asuntos administrativos y de organización de recursos, puesto que reconoce su impacto sobre la práctica docente. De ello, se desprende la importancia que asume el liderazgo pedagógico como conjunto de competencias a desarrollar en los directores y como mecanismo para responder eficientemente a las necesidades de un contexto educativo en constante transformación.

            El segundo capítulo, “El director escolar en Iberoamérica”, entrega una visión general sobre la actual situación de la dirección escolar en los países iberoamericanos: número de directores, perfil (sexo y titularidad), condiciones laborales, horas de docencia, salarios, tipo de actividades a desempeñar, entre otras. La región cuenta con unos 752.000 directivos que pueden liderar, junto con otros agentes, procesos de mejoras sostenibles y progresivas del conjunto de Iberoamérica, con las correspondientes adaptaciones a cada realidad particular en la que les corresponde desempeñarse. Algunos países ya han comenzado a dar pasos tendientes a realizar cambios que potencien el liderazgo pedagógico, entregándole  el valor que tiene para contribuir a la mejora del sistema educativo en su conjunto. Los datos muestran que, la experiencia como docentes, es un importante plus a tener en cuenta para acceder a puestos de dirección.

            Es importante que un director pueda dar clases, pero a la vez, tener tiempo para liderar, verdaderamente, los procesos de gestión y mejora educativa en sus centros, más allá de las meras tareas administrativas propias del cargo.

            El capítulo 3, “Ingreso y desarrollo profesional del director escolar”, analiza los requisitos que los diferentes países establecen para el desempeño de la función directiva, las condiciones para acceder al cargo, así como el tipo de formación inicial y continua demandada y ofrecida a quienes ocupan el puesto de director escolar. Este capítulo también profundiza en el impacto del ejercicio de la dirección como opción de desarrollo profesional. Se aprecia que, de forma generalizada, los países exigen un nivel mínimo de estudios para acceder a la dirección escolar y contar con años de experiencia previa como docente. Aproximadamente, en la mitad de los países se exige además una formación previa, habitualmente relacionada con aspectos de liderazgo y de administración de centros escolares. En lo que se refiere a la iniciación y desarrollo profesional, se comprueba en los países la falta, salvo excepciones, de programas de mentoría específica. Otro elemento relevante –y preocupante– es el carácter voluntario de la formación continua asociada al desempeño de la función de director. Hay casos en que los directores no realizan ninguna preparación previa para el cargo y tampoco la hacen después, durante el ejercicio del mismo, lo que constituye una grave falta de responsabilidad para servir adecuadamente la función directiva. En los casos en que esta formación existe, sus actividades más frecuentes se refieren principalmente a cursos, talleres, congresos y seminarios.

            En el capítulo 4, “Evaluación del desempeño de los directores de escuela”, se exploran las principales características de los sistemas de levantamiento de información y evaluación de los directores de escuela. Se analizan las finalidades de tales sistemas, el contenido, ámbito y criterios de la evaluación, sus instrumentos, protagonistas y consecuencias. Se estudia también la relación de la evaluación de directores con otras políticas enfocadas al liderazgo escolar y con los demás sistemas de evaluación. Hay, en todo caso,  un consenso generalizado en cuanto a la importancia de la evaluación en este ámbito. No obstante, si bien aparece en la agenda educativa de todos los países de manera relevante, se trata de un tema muy incipiente y cuyas bases teóricas y conceptuales no cuentan aún con adecuado y deseable desarrollo metodológico.

            El capítulo 5 del informe está referido a la identificación de ejemplos y análisis de casos exitosos referidos a la dirección escolar, con el objetivo de sistematizar estas experiencias y darlas a conocer como modelos de buenas prácticas que puedan ser replicadas (o adaptadas) en otros centros en los distintos países de Iberoamérica. Se muestra que, en general, existen claras dificultades para identificar acciones como buenas prácticas. Aunque es posible afirmar que existen experiencias destacables en todos los países. Un detalle negativo no menor, es que muchas veces ni los propios centros o administraciones educativas las tienen identificadas como propuestas o intervenciones generadoras  de mejora en la calidad de la educación.

            A su vez, es posible señalar que para el análisis y difusión de las prácticas exitosas es fundamental contextualizarlas. Conocer y comprender la realidad específica en que una actividad produce consecuencias positivas es fundamental para analizar y comprender el éxito de la propuesta y, en última instancia, poder difundirla y replicarla.

            El informe concluye con un capítulo final que constituye una síntesis de los aspectos más relevantes del liderazgo del director escolar –sus funciones, normativa, requisitos de acceso, formación y evaluación de los directores en Iberoamérica– descritos en los capítulos precedentes.

            Finalmente, el informe presenta algunas recomendaciones para la implementación de propuestas en los diferentes aspectos analizados a lo largo del documento que permitan avanzar en mejoras para el desempeño de la función del director escolar, lo que, en definitiva, debiera tener como consecuencia una evidente mejora de la calidad educativa.

              Para acceder a la versión digital de este informe, pinche aquí.

prof. Benedicto González Vargas

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