Nasrudín es un personaje de la tradición sufi a través del cual se entregan muchas enseñanzas de contenido espiritual y moral, ya que es el protagonista de varias parábolas. En estos días de confinamiento por coronavirus, de la necesidad de cuidarnos y ser responsables, recordé una antigua parábola que tiene como personaje al mullah Nasrudín, se llama Nasrudín y la peste y vean lo tremendamente atingente a los días que vivimos. La enseñanza espiritual, cuando es verdadera, supera las barreras de los años, de las distancias geográficas y las doctrinas religiosas y espirituales. Le modifiqué levemente el nombre con el ánimo de hacer notar la vigencia de esta historia.
Iba
el mullah Nasrudín por el camino polvoriento saliendo de Bagdad hacia el Norte
para ver a algunas personas; de pronto, se encuentra con la Peste y aunque no
le gusta hablar con ella, pero sabiendo que es necesaria para la evolución de
algunos espíritus, respetuosamente la saluda
y le pregunta: -¿Dónde vas y a qué? La Peste le responde: -Voy a Bagdad, debo
llevarme a diez mil personas. Con tristeza, Nasrudín se despide de ella y sigue
su camino. Tiempo después, vuelve a encontrase con la Peste, pero esta vez,
Nasrudín, muy enojado la increpa y le dice: -¡Mentirosa, me dijiste que debías
llevarte a diez mil personas y murieron más de cien mil! Con tristeza, la peste
respondió: -Me llevé a diez mil, como me fue ordenado…los demás no se cuidaron
y murieron por imprudentes…
¿Se dan cuenta cómo esta enseñanza es tan fundamental el día de hoy?
prof. Benedicto González Vargas
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