Todos conocemos los mandalas, los hemos visto
muchísimas veces en nuestra Hermandad Blanca, actualmente, incluso, se han
popularizado libros con muchos mandalas sin color que las personas deben
colorear. Pero, más allá de lo que habremos escuchado en alguna clase, ¿hemos
pensado realmente qué son los mandalas?
Tratemos
de aproximarnos brevemente: Los mandalas son representaciones simbólicas del universo,
tanto del macro, como del microcosmos. Estructuralmente en ellos el espacio
sagrado –el centro del universo– es generalmente representado como un círculo
dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los yantra hindúes so lineales, mientras que los mandalas budistas son
bastante figurativos a partir de los ejes cardinales, se suelen sectorizar las
partes o regiones internas del mandala.
Es en las culturas orientales, de
donde se tienen los primeros registros de diseño y uso de los mandalas, estos
tienen como objetivo el cese del pensamiento y de la mente, aspirando alcanzar
un estado meditativo completo.
Los hindúes fueron los primeros
en usar mandalas como un instrumento espiritual, aunque se han popularizado en
occidente por los diseños y usos en el budismo.
En Tíbet son conocidos los
mandalas de arena, que son complejas representaciones elaboradas por monjes budistas
tibetanos como ejercicio espiritual para aprender lecciones sobre el desapego y
el fluir universal. Para hacerlos se utiliza arena o piedras trituradas y
coloreadas de manera natural.
El diseño del mandala se divide
en cuatro cuadrantes y un monje está a cargo de cada uno. Después de días o
semanas de completar el diseño (rellenando los espacios con la arena
coloreada), el mandala es destruido por los monjes para representar la finitud
de todas las cosas. La arena es barrida, guardada en un frasco y lanzada a un
río para que vuelva a integrarse a la naturaleza, en el fluir continuo del
ciclo de la vida.
Sin embargo, los mandalas no han
sido exclusivos del oriente o de una religión en particular, ya que se han
encontrado representaciones geométricas similares en otras culturas. Si observamos
bien, la mayoría de las culturas posee configuraciones mandálicas, frecuentemente
con intención espiritual, está presente en la mandorla (almendra), del arte
cristiano medieval, en varios diseños de las baldosas de las iglesias góticas y
en los rosetones de las mismas iglesias. Entre las culturas originarias de
nuestro continente, se puede apreciar en los diseños del calendario maya y del
kultrún mapuche, por solonombrar dos de los ejemplos más conocidos.
Esta
universalidad de los mandalas motivó al psiquiatra Carl Gustav Jung a
analizarlos y determinar que corresponden a una expresión del inconsciente
colectivo en que el individuo se visualiza o figura a sí mismo, como un sujeto
interior que contempla lo exterior y busca alcanzar la perfección por medio de
un proceso de individualización espiritual.
prof. Benedicto González Vargas
Escrito para la revista Shamballa de Sirio N° 5, de la Hermandad Blanca Misionaria de Luz, de julio 2020
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