¿Cuál
es el remedio a estos dolores? ¿La búsqueda incesante de uno mismo? ¿La
introspección guiada por especialistas para quienes somos meros pacientes? ¿La
añoranza de la fe? ¿La renuncia a toda forma de lucha para dejarse abandonar en
un estado de letargo y lenta aniquilación? ¿La venganza que cruza como una
sombra nuestros pensamientos?
La
novela que tenemos ante nuestros ojos no busca, por cierto, dar respuesta a
esas interrogantes, pero la presencia de ellas cruza las vidas atormentadas de
quienes coexisten en esta obra. Las relaciones que establecen estos personajes
con su entorno y con su biografía íntima llena de carencias, interrogantes y
secretos. Donde la vida y la propia ubicación en el mundo se van construyendo
en la medida de lo posible, en las buenas o malas decisiones tomadas a la luz
de oportunidades ínfimas y pasajeras que, sin embargo, son capaces de
condicionar lo que vendrá.
Esther
Manco nos entrega, con su obra, la ocasión inestimable de ahondar en nuestra
propia biografía, recuerdos, búsquedas, encuentros, carencias y logros, a
partir de una historia plena de emotividad, sentimientos encontrados y en no
pocas ocasiones, ternura. Las vidas paralelas y entrelazadas de Manuel,
Claudia, Matilda y Alberto, entre otros, nos hacen reflexionar respecto de lo
que ha sido nuestra biografía emotiva, de las personas que la habitan, de los
sueños que cobijaron y de la materialización de algunos, en desmedro de otros.
Novela
intensa, que se deja leer sin prisas, pero sin pausas. Donde las descripciones
que, en otras obras aletargan la historia narrada, acá de manera magistral se
convierte en marco, contexto o espacio vital para que la obra avance por la
seguridad de un camino que va dejando huellas en el lector. Novela intensa,
donde la profundidad de los sentimientos y emociones humanas se mezcla -como en
la vida misma- de luminosas intenciones y obscuras acciones. Donde cada momento
ofrece, incluso, dobles interpretaciones que se van adaptando o validando de
acuerdo a nuestras propias creencias y experiencias.
El
dolor de una madre joven expulsada del hogar y luego sometida por su pareja; el
dolor de un hijo abandonado que logra encontrar la madre que siempre quiso como
tal; la búsqueda equívoca de la plenitud en el refugio monástico y la rebeldía
que aflora al abandonarlo; las flores dejadas ante una tumba sin nombre; la
amistad verdadera que se nutre tanto de experiencias compartidas, como de
silencios profundos; Un orfanato de apariencia acogedora, pero de fría y
rutinaria vivencia. Esos son los materiales básicos que Esther Manco conjuga
para crear una novela que se abre paso desde ese dolor basal que se anuncia en
las primeras páginas y que no cede hasta el final, hacia nuestra propia
conciencia y sentimientos que, sin quererlo ni buscarlo, van encontrando espejos
en las acciones y vivencias de los personajes.
Novela notable, que es una de esas obras que aún acabada su lectura no nos suelta pues nos deja con interrogantes acosadoras, no solo sobre los personajes y su futura evolución sino que, sobre todo, nuestras propias vidas cargadas de causas y efectos.
prof. Benedicto González Vargas
GRACIAS POR PINCHAR LA PUBLICIDAD EN ESTE BLOG
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Estimado visitante, gracias por detenerte a leer y comentar, en cuanto pueda leeré tu comentario y te responderé.