El campo semántico se construye a partir de una palabra guía y con dos o más palabras que la acompañan excluyendo a aquellas que son derivadas de ese concepto guía. Por ejemplo, el campo semántico de casa se puede configurar con palabras como hogar, vivienda, morada, residencia. Excluimos casita, casona, porque sólo son derivadas.
Es importante señalar dos aspectos: Primero, que para construir el campo semántico se utiliza como palabra guía el concepto más general, el que incluye a los otros y, segundo, que las palabras relacionadas no son necesariamente sinónimas.
¿Y para qué sirve configurar campos semánticos? Al ser éste un ejercicio del lenguaje y de significado, el campo semántico nos permite establecer relaciones entre las palabras, ampliar el vocabulario y evitar reiteraciones molestas al oído y la lectura. También colabora decididamente en alcanzar una mejor comprensión de los textos escritos y orales e ir apropiándose más de nuestro idioma tan rico en vocablos y significados.
Un típico ejercicio escolar, incluso de exámenes, dice "Escoja (o escriba) la palabra que pueda reemplazar a...(ahí se indica la palabra que se debe reemplazar), sin que cambie el significado de la oración, estamos efectuando un ejercicio de campo semántico, pues debemos encontrar aquel vocablo, que necesariamente está en el campo semántico de la palabra guía (aquella que vamos a reemplazar) que signifique algo semejante y, por lo tanto, no se cambie el sentido de la oración.
Por ejemplo, la palabra automóvil, tiene un campo semántico que incluye a los vocablos vehículo, coche, carro, etc. Un ejercicio interesante para estudiantes de cursos más pequeños puede incluir vocablos informales o coloquiales como tocomocho (chil), nave (am) y papú (chil), entre otprof.
Benedicto González Vargas
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