Ángel Faretta nos acerca a un mundo en el que lo repetitivo y rutinario de la vida se ebncarna a cada instante, un mundo del que sólo se puede salir a través de episodios oníricos que son aceptados por los protagonistas sin cuestionamientos ni asombro; como se lee en la novela: "La monotonía es parte de la cultura y hasta de la civilización", donde la sensación de invariabilidad genera una aún más aguda, casi apocalíptica. Aunque las cuatro historias que componen la novela son argumentalmente diferentes, todas coinciden en las ansias de sus protagonistas por salir de un letargo que la vida les ha impuesto casi sin darse cuenta.
"Mi pretención es hacer una especie de historia de la Argentina...hasta llegar a lo que imagino pede ser el futuro", afirmó Faretta yreafirma El saber del cuatro, donde se redescubre al país en sus más típicos rasgos, como los bares de barrio, cines de pocas butacas y aun menos espectadores, calles remotas y desoladas en contraposición con grandes avenidas céntricas y muy luminosas, pero todo esto presentado no desde una mirada costumbrista, sino con el gran aporte que sólo la literatura fantástica puede abarcar, ya que los lugares no son como se ven, sino que son vistos a través del filtro de un original exceso novelístico.
Shakespeare escribió que "la vida es como un cuento lleno de palabrería y frenesí, sin sentido alguno", y estas cuatro historias parecen rememorar el concepto de la vida como algo que pasa sin poder percibir hacia donde se va, pero también plantean soluciones para escapar al sin sentidocotidiano y tal vez poder ser protagonista de alguna aventura.
En el primer relato, la imagen de una bella y oven y mujer despierta a los adormecidos protagonistas; en el segundo, continuas situaciones en las que el límite entre lo onírico y lo verídico es muy difuso, ayudan a un personaje por demás aburrido, a liberarse del día a día; en el tercero, un muchacho de barrio logra hacerse un hombrede mundo al que se le suceden peripecias dignas de un pirata; y el cuarto, presenta una típica persecución kafkiana, donde súbitamente, personas aparentemente corrientes deben ocultarse al ser perseguidas sin entender el porqué, y acatan sin mayores cuestionamientos la orden.
Cada una de las cuatro historias, a su manera, hace que el lector se involucre hasta el punto de llenar las elipsis que impone el autor, ya que además de las alusiones, paralelismos y simetrías continuamente se van develando secretos a medias, los cuales deben ser aceptados como una exigenciapactada de antemano más allá de la voluntad del que debe completar los datos no dados, lo que hacen de éste un libro complejo, estimulante, y con el transcurrir de las páginas cada vez más intenso.
Publicado originalmente en Revista Ñ, del 24 de junio de 2006.
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