Hace rato que se viene repitiendo que la sociedad en la que
les tocará vivir a nuestros actuales alumnos será una "sociedad del
conocimiento" y que en ella la educación y la formación serán los puntales
para una inserción exitosa en el mundo laboral que, dicho sea de paso, será
también muy distinto al que conocemos. En efecto, hoy en día dar la espalda a
la "globalidad" y encerrarse en la "localidad" impide que
las personas desarrollen las competencias requeridas para una adecuada
inserción laboral, lo que augura exclusiones y frustraciones difíciles de
eludir. Ello nos lleva a plantearnos la necesidad de que nuestros alumnos estén
en permanente ejercitación de aquellas destrezas y habilidades que les permitan
desarrollar la capacidad de insertarse con éxito en una sociedad emprendedora y
de aprendizaje permanente. Así las cosas, la formación que le entregamos a
nuestros alumnos en el sentido de aproximarse de manera eficiente a las nuevas
tecnologías no tiene tanto que ver con ayudarlos a adquirir conocimientos generales
de cómo usar la tecnología, sino que, fundamentalmente de cuáles son las
implicancias de estas formas de comunicación en los procesos de
enseñanza/aprendizaje. Las aulas virtuales, la educación en línea, a través de
las redes informáticas, son una forma emergente de proporcionar conocimientos y
habilidades al alumnado, los medios multicrónicos de comunicación mediada por
computador proporcionan la flexibilidad temporal necesaria requerida por los
distintos ritmos de aprendizaje de nuestros alumnos (pudiendo ser más rápido o
más lento, pues la red puede ayudar tanto a reforzar contenidos ya vistos en
clases, como a adelantar otros que se estudiarán con posterioridad).
Así las cosas, el aprendizaje académico sale de las aulas
logrando penetrar los hogares, aportando una multiciplicidad de informaciones
paralelas que pueden complementar el trabajo de los alumnos (lecciones, guías
de trabajo, simuladores, lecturas, bibliotecas y museos virtuales, foros,
comunicación con docentes y pares, evaluaciones en línea y, tal vez un elemento
importantísimo poco mencionado: una atención más directa y personalizada, que
puede ser inmediata o diferida) La deslocalización de la información y la
disponibilidad de cada vez más herramientas comunicativas exige plantearse cuáles
serán los nuevos roles que deberán desarrollar profesores y estudiantes,
alejándose cada vez más del antiguo paradigma en que el docente debía entregar
toda su sabiduría e información a sus alumnos (no olvidemos que,
etimológicamente, la palabra alumno significa "carente de luz" o sea,
de conocimiento).
Hoy en día, cualquier estudiante que tenga acceso a internet
puede conseguir tal cúmulo de información en unas cuantas horas de navegación
por la red que, por los medios tradicionales, tardaría semanas en recibir de su
profesor. De ahí la importancia del papel dinámico que los estudiantes deben
asumir en su propia formación, convirtiéndose en agentes activos de la
búsqueda, selección, procesamiento y asimilación de la información. Hay algunos
teóricos, no obstante, que cuestionan la posibilidad de que las nuevas
tecnologías logren permear la educación y se apoyan en que no lo consiguieron
antes otros inventos revolucionarios como la imprenta, la televisión o la
fotocopiadora, a ellos les respondemos que todo tiene su hora. La revolución
digital ha venido para quedarse, porque por sí sola es superior a la suma
potenciada de las tres tecnologías mencionadas y porque el acceso a ella es
cada vez más amplio entre nuestros alumnos. Lo importante, en todo caso, es que
las metodologías de enseñanza sean capaces de asimilar las nuevas tecnologías a
tal punto, que se conviertan en invisibles; vale decir, habituales y normales
en la sala de clases. Pasar de la excepcionalidad llamativa a la cotidianeidad
eficiente. Para dar ese salto cualitativo se requiere un cambio en la
mentalidad de los docentes. Como dice un estudio de Jorge Ruiz Valdés, de la
Universidad de Valparaíso, la Educación virtual es una oportunidad de
creatividad tanto para los docentes, como para las instituciones educativas.
Hay que reconocer que el entorno virtual es un espacio
distinto al que es preciso adaptarse, sin olvidar que en él no sólo convive la
información de diversas calidades, sino que convergen allí mismo la interacción
y el entretenimiento. Si esto hoy en día es verdad incluso para estudios de
pregrado o postgrado, cómo no va a serlo para estudiantes de formación básica y
secundaria que tienen, todavía, una permanente guía cara a cara de sus docentes
y paradocentes en los colegios.
El gran desafío de nuestras escuelas es conseguir que nuestras
páginas web superen la tentación fácil de convertirse en una colección
fotográfica en línea y den dos pasos en la dirección de fundar un modelo
pedagógico que, iluminado por el proyecto educativo de la institución y de
acuerdo a su estilo organizativo, abra y facilite espacios para la virtualidad,
la globalidad y la transversalidad, logrando una gestión cohesionada con el
hacer diario que posibilite y potencie las estrategias de aprendizaje y, con
ello, la adquisición de capacidades en nuestros alumnos (todo ello, sin olvidar
la necesaria gradación y secuenciación para las diferentes edades).
Las tecnologías de la información son oportunidades para
comunicarse y compartir; la accesibilidad, cada vez más fácil, facilita la
concomitancia de recursos y métodos como nunca antes soñó la educación. De allí
la urgencia de mejorar nuestros modelos de enseñanza y potenciar la integración
cultural en la diversidad, quitándonos, de una buena vez, la burda aspiración
de uniformidad.
Todo ello, claro está, sin olvidar de dejar en primerísimo
primer lugar los aspectos valóricos que, irrenunciablemente, deben presidir
toda labor educativa, sólo en la vivencia y transmisión de sólidos valores
morales se puede garantizar calidad y eficiencia. He querido dejar para el
final un aspecto que, lamentablemente ha venido siendo una permanente
dificultad: la formación de los docentes en las nuevas tecnologías. Y no me
refiero sólo a aquellos que hoy se encuentran en las aulas universitarias, sino
que, fundamentalmente, a aquellos que habiendo salido hace más de un lustro de
la universidad, tienen una larga vida laboral por delante y una escasa
formación tecnológica. Vaya aquí, por supuesto, mi reconocimiento a los
docentes que han hecho el esfuerzo de estar al día y buscan la manera de
apropiarse de estas herramientas en beneficio de sus alumnos y de su propio
hacer pedagógico.
En definitiva, la aulística virtual es un campo amplio,
enorme, abierto al talento, la creatividad y el espíritu emprendedor de
docentes, estudiantes e instituciones.
prof. Benedicto González Vargas
publicado originalmente en mi blog de Atinachile en
agosto de 2005
Enviado por Carlos Duarte el 07/09/2005 a las 02:47 PM
ResponderEliminarBenedicto: muy bien desarrollado el tema, felicitaciones. Como profesional de la Educación Virtual (postgrado) reconozco todas las consideraciones que haces y las he visto aplicadas en la vivencia diaria. También he sido testigo y participante de intentos (fallidos y no) de aplicar la EV a la educación de adultos, específicamente la capacitación. El hecho concreto es que la EV llegó para quedarse, y de a poco se irán eliminando las barreras que dificultan su desarrollo; hasta ahora, la barrera tecnológica parece estar superada, pero quedan la barrera de la didáctica (definición curricular, diseño adecuado de contenidos, mecanismos de difusión, mecanismos de aprehención de conceptos, métodos de evaluación y calificación) y la barrera de la aceptación social como método válido de traspaso de conocimientos (porque finalmente el producto final del proceso es una persona que sea capaz de acceder al mercado de trabajo). Respecto a esta última, se han efectuado encuestas para detectar el grado de aceptación de la EV en el mundo laboral, y la verdad es que sus resultados no son del todo alagueños: existe la incomprensión respecto al método y la duda respecto a la capacidad de un egresado del sistema de EV. Es decir, no es visto al mismo nivel de un egresado presencial. Este es un problema social, de imagen y de difusión, que debe ser abordado si es que se quiere que la EV avance y produzca egresados (de cualquier nivel) aceptados. No conozco estudios en el medio primario o secundario, pero sería interesante que se hicieran. Saludos http://eldescribidor.blogspot.com
Enviado por prof. Benedicto el 08/09/2005 a las 01:02 PM
EliminarMás allá de la polémica surgida en otro blog, tu opinión es interesante siempre. Las ideas aquí mencionadas no son todas mías, tienen que ver con muchas lecturas y conversaciones, también con la experiencia. Es intersante el tema del estudio de la NTICS y de la Educación Virtual en niveles básicos y medios. Vamos a sugerir la idea por ahí. Lo del abrazo desde Chile, es cierto, Benedicto Andrés
Enviado por gabrielmen el 28/10/2005 a las 12:33 AM
ResponderEliminarEstimado amigo, veo que usted ha colocado un logo de la asociación aulavirtual de Perú que colocó cuando desarrollo su seminario internacional AULA VIRTUAL 2004. Toma también su lema de: "Un paso más al Futuro" en su tema y no menciona en ningún lado su dirección y me parece que debería haberla colocado siquiera como referencia, de todas maneras la incluyo: http://www.aulavirtualperu.org
Enviado por Benedicto el 31/10/2005 a las 01:35 PM
EliminarEstimado Gabriel Cuando escribí el post busqué una imagen adecuada con el buscador de imágenes de Google, al encontrarla, copie las "propiedades" en el lugar adecuado y no visité el sitio correspondiente. No hubo mala intención y sí reconozco dejación al no hacerlo, ofrezco mis disculpas si lesionés en algún modo alguna propiedad o interés. Por otra parte, te agradezco que nos dejes la dirección porque nos puede servir a todos. Agradecido, Benedicto González Vargas