jueves, 3 de septiembre de 2009

El hereje, de Morris West

Los seres humanos siempre hemos sentido cierta fascinación por aquellos de nuestra especie que hacen todo lo posible por rebelarse a las normas establecidas, que son capaces de elevarse por sobre las obsecuencias de la masa para levantar nuevas banderas, a menudo teñidas de ideas sospechosas o peligrosas para el orden establecido. Desde esa perspectiva, los héroes, los revolucionarios y los herejes comparten un sitial común en el inconsciente colectivo y por eso suelen ser recordados muchos años después de apagados los ecos de su generación.

En la obra que hoy  comento, publicada originalmente hace ya 40 años, Morris West, el extraordinario escritor australiano, nos ofrece su mirada sobre un personaje crucial en la historia de la ciencia y de la intolerancia: Giordano Bruno, notable astrónomo, poeta y monje dominico que fue quemado por la Santa Inquisición no sólo por hereje, sino que, peor aún, por heresiarca, vale decir por encabezar a un grupo de herejes.Pocas obras literarias me han atrapado tanto como esta y pocas veces el recuerdo de su lectura ha permanecido tan vigente para mí como este drama  que en tres actos nos revive la vida y pasión del notable hereje cuya imponente estatua se alza hoy en el Campo dei Fiore, mismo lugar donde las llamas consumieron su cuerpo físico, liberando con ello no solo su cuerpo espiritual sino que, además, dando origen a su leyenda.

El Giordano Bruno que nos propone este drama podría ser muy real, porque no está pintado desde la heroicidad que borra las bajezas humanas sino que, por el contrario, las va marcando como el más eficiente método para hacer resaltar sus virtudes: agudeza intelectual, obsesión por el conocimiento y por el derecho y la libertad de encontrarlo, incluso, más allá de los dogmas de la fe a la que adscribe. La trama de la historia, por lo tanto, es en extremo sencilla y fácilmente reconocible al leer cualquier biografía del personaje central.

Giordano Bruno, monje dominico, pero hereje para su Iglesia, es traicionado y apresado, en medio de las torturas se le obliga a retractarse de sus "errores". Bruno lo hace para salvar la vida, pero a cambio gana siete años de prisión. Luego de ese periodo, puesto nuevamente ante el dilema de abjurar de sus convicciones, a cambio ahora de la libertad, Bruno no transa sus valores y antes de abjurar nuevamente, prefiere ser quemado vivo.

Según West, el dilema moral de Bruno se parece mucho al del  hombre moderno, atrapado en estados nacionales que tienen en todo momento el control. Sólo le queda reclamar para sí el derecho a divulgar sus ideas, aunque no le esté dada la inmunidad para no equivocarse. Los invito a buscar y leer esta notable obra dramática de Morris West que, en apretadas 200 páginas nos hace vivir una real tragedia, profunda, humana y tortuosa.

prof. Benedicto González Vargas 

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