Como cada fin de año, me
encuentro preparando la planificación de las actividades lectivas del
próximo año académico. Uno de los contenidos que debemos trabajar en IV
Medio –que suele interesar mucho a los estudiantes– es lo relativo a
las vanguardias artísticas de principios del siglo XX. Por supuesto que
en la clase y en las búsquedas personales que deben hacer los
estudiantes le damos la importancia que se merecen todas las vanguardias
y junto a las muy famosas cubismo, dadaísmo, ultraísmo, futurismo y
surrealismo, por nombrar algunas, siempre hay espacio para hablar del
estridentismo y del fauvismo, por mencionar un par de las menos
conocidas. Sin embargo, como es obvio, siempre solemos darle más tiempo
al creacionismo y ello por la evidente implicancia cultural que tiene
hablar sobre un movimiento literario que nació de la creatividad de uno
de los grandes escritores chilenos: Vicente Huidobro, auténtico gestor y
líder del Creacionismo.
Mientras escribo estas líneas tengo a mano la
transcripción de una carta que Huidobro escribió a su amigo español
Guillermo de Torre (y que yo conozco gracias a la transcripción que el
suplemento literario argentino Ñ hiciera por allá por enero de 2008),
donde se manifiesta contrario a las ideas estéticas españolas de
principios del siglo XX y de la suerte de ineptitud imperante en el panorama cultural español de la época.
La carta es interesante y sabrosa por la forma en que se
refiere a España, sus escritores y artistas, a otros movimientos
vanguardistas y aún a algunos conspicuos escritores de la época que para
nuestro Huidobro no pasan de ser unos imbéciles.
Transcribo la carta en la versión digital que puede
encontrarse acá, la Ñ, la acabo de encontrar entre viejos documentos.
Seguro que mis estudiantes de IV Medio 2015, deberán leerla:
París, 30 de enero de 1920
Querido amigo:
Me pregunta Ud. por qué no escribo a España, y bien
puesto que soy un hombre franco y leal debo decirle a Ud. la verdad
ruda: porque estoy asqueado de la conducta de esos literatillos de
vuestra tierra para conmigo y no quiero saber nada de lo que pase por
allá.
Creo que esto es bien simple y exepción (sic) hecha de Mauricio
Bacarise (sic) y Ramón Prieto creo que la inmensa mayoría de los otros
no son sino unos aprovechados arrivistas (sic) y unos bobos que
desacreditan con sus confuciones (sic) y sus producciones ineptas la
seriedad de algo que yo estoy obligado a defender más que nadie.
Maldita mil veces la hora que pasé por España y os revelé parte de
mi secreto tan querido y tan digno por su verdad y su pureza de mayor
suerte y mayor respeto.
Unos me han estropeado con la falsificación y la confución (sic)
respecto a la poesía misma y los otros queriendo robarme lo que era mío
para ponerlo en la cabeza de Apollinaire, de Reverdy o de cualquier otro
imbécil.
Y lo que es más cómico esto lo hacen individuos a quienes les he
revelado sin miedo la existencia de esos otros y que al principio se
espantaban y abrían la boca y los ojos con gestos de niños bobos. Ahora
resulta que saben más que yo de lo que yo les he enseñado y creen
satisfacer su envidia con vestir de adornos ajenos a otros poetas que no
conocen, adornos robados de aquel que conocieron...Helas!!!!(sic).
Felizmente aquí las cosas se pasan muy de otra manera y toda la
gente grande ve la diferencia y la distancia que hay entre este buen
Huidobro y los otros.
Así hoy todos han visto y palpado la diferencia entre los
comediantes como el infeliz Cocteau, el otro desgraciado de Reverdy y
yo.
Todavía ellos (y todos aquí) siguen siendo poetas descriptivos,
aún no pueden escapar de lo que ellos pretenden haber gritado y hecho
antes que yo, y con eso queda demostrado quién ha sido el primero.
Reverdy, a quien considero un mal discípulo mío, como dije a Ud.
allá que respondía a su carta, está completamente muerto y en vano me
tiende la mano con una mirada lastimera pues ahora vengo en justiciero y
en quijote, lanza en ristre, a defender lo mío y separarlo de las malas
compañías y las camaraderías equívocas, y no sanar moribundos.
Anteayer en el diario "le Temps" Sonday le da un palo a Reverdy y
le dice exactamente lo que yo le dije a Ud. de él hace poco en Madrid:
que sus versos son descripciones cortadas y como notículas al margen de
algo.
En cambio toda la gente que sabe dice que soy el único que no es
descriptivo ni anecdótico, y en el cual todo es creado por el poeta.
¡Lo que vengo sosteniendo desde el año 1915!
En fin ya sabe Ud. por qué no quiero escribir hacia esos lados.
Estoy arto de los pic-pockets (2) literarios. No me refiero a los poetas
que hicieron verdadero creacionismo sino a los ladrones de paternidad.
Manuel María Durand en una carta que me contesta desde Oviedo
culpa a Ud., amigo Guillermo, y a Cansinos de haberme presentado al
público español como habiendo hayado (sic) en España, lo que ya existía
en Francia.
¡Tanto evistían (3) que aún en 1920 no logran, a pesar de que estrujan los sesos hacer un poema creado!
Por eso no quiero escribiros, porque vosotros no aclaraís las
cosas y dejaís cundir, con agrado quizás, la confución (sic) y el caos y
porque yo pienso atacaros a todos los que han procedido mal conmigo, y
muy rudamente, en mi próximo libro sobre estética.
Ya verá Ud. lo que os digo y sobre todo a Cansinos a quien si ve
le ruego decir de mi parte que se resigne ante la verdad y no busque más
padrinos al "Creacionismo" porque no los encontrará ni en Mallarmé ni
en nadie y verá cómo yo le respondo en mi libro.
No quiero saber nada con la estupidez bullanguera llámese dadaísmo, futurismo o ultraísmo. Soy felizmente algo más serio.
Afectuosos saludos.
Vicente Huidobro
-Le ruego advierta a Cansinos y a todos que prohibo reproducir cosas mías sin mi permiso.
Como puede apreciarse es una carta bien interesante,
sobre la que podemos comentar mucho y que nos muestra su descontento con
el ámbito cultural español y la alta estima en que él tenía su propia
creación.
Notas:
(1) La carta fue enviada desde Francia, país al que, a diferencia de España, Huidobro amaba.
(2) La expresión se refiere a ladrones o carteristas.
(3) Desconozco el significado de este vocablo y no logré encontrarlo en los diccionarios tampoco.
Prof. Benedicto González Vargas
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