Eso, al menos, se desprende de la puesta en escena de la obra Paisaje Nacional, cuyo autor es Ricardo Hernández Salgado y que nos plantea la dura realidad de muchos trabajadores chilenos que no solo deben soportar largos, penosos e incómodos viajes diarios en la locomoción colectiva, sino que, además, trabajan en condiciones laborales que tampoco son mejores.
La obra, ambientada en un taller textil, nos muestra los abusos y la discriminación de una jefa con dos de sus operarias a cargo. Las dos trabajadoras, cansadas de esta situación y ante la necesidad de hacer algo para superarla, venciendo sus temores deciden tomarse el taller donde trabajan buscando siempre la mejor manera de convocar prensa, poner su caso en el tapete como ejemplo de abuso y, de esa manera, obtener una sustancial mejora en sus condiciones de trabajo.
La obra se nos presenta como una fiel reproducción de la vida diaria de tantos compatriotas cuyo trabajo más parece una acción de supervivencia que una digna forma de ganarse de la vida. Es una fotografía de las condiciones laborales abusivas en las que muchas personas se desempeñan, es un llamado de atención a nuestra sociedad para corregir esas fallas. A los legisladores, para mejorar las leyes de protección laboral; a los empresarios, para dignificar la relación con sus empleados; a los medios de comunicación para insistirles que su rol fundamental es mostrar verdades y generar consciencia social (en vez de andar ocupados solo en la farándula) y también un llamado a los trabajadores para entender que ellos deben hacer valer no solo sus derechos, sino que fundamentalmente su dignidad.
Obra interesante que, según veo en el catálogo del Festival Santiago Off ha obtenido ya premios por su interesante puesta en escena. Casi una de duración que uno quisiera que se extendiera más.
prof. Benedicto Gonzàlez Vargas
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