sábado, 8 de julio de 2017

Mundo real y mundo ficticio en Literatura

La literatura, todos lo sabemos, es una creación artística, por lo tanto, en estricto rigor, es ficción siempre; ya que es un medio por el cual un escritor, a partir de su perspectiva individual, interpreta e imita la vida humana, pero no se queda en la mera imitación, pues su complejidad hace de la obra una verdadera creación y no solo una copia de la realidad.

Por esa razón es que en una obra literaria es posible encontrar elementos de nuestra realidad habitual, pero aparecen tamizados por su aspecto literario. ¿Cuáles son esos elementos? La respuesta es sencilla:



a) personas.
b) acciones.
c) espacio
d) tiempo.

Personas: En Literatura les llamamos personajes, pero son muy similares a quienes conocemos en la realidad, a nuestros familiares, amigos, vecinos o compañeros de trabajo. Lo distinto es que estos personajes nos interesan especialmente por lo que nos enteramos que les acontece, que es una intriga que deseamos conocer hasta el final.

Acciones: También podemos decir acontecimientos o hechos, que es todo aquello que sucede a los personajes, del mismo modo como en nuestra vida en la de nuestros conocidos ocurren cosas a cada instante. Lo relevante es que en la obra literaria dichas acciones tienden a ser tan interesantes que nos motivan a seguir leyendo para descubrir el desenlace de ellas.

Espacios: En los manuales literarios suelen aparecer bajo el nombre de ambiente físico, son aquellos lugares donde acontecen los hechos, hacia donde viajan los personajes y que son mencionados o descritos en el relato. Obviamente, puede referirse a lugares físicos reales o completamente ficticios.

Tiempo: Corresponde al devenir y suceso continuo de los hechos, con determinaciones de pasado, presente y futuro. Por supuesto, con todas las alteraciones temporales que en la narración determine hacer el narrador.

Por lo tanto, a partir de lo anterior, podemos señalar, a modo de resumen que, en una obra literaria narrativa se nos presenta un mundo semejante al nuestro, donde hay personas (personajes) a las que les acontecen hechos en un lugar o lugares determinados y en un marco temporal delimitado.

La diferencia fundamental entre ambos mundos es tan obvia, que muchas veces no se menciona: Nuestro mundo real es mensurable y conocible a través de los sentidos, el mundo ficticio solo es creado por el lenguaje de un creador literario, un autor, que crea también a un narrador, que es otro ser ficticio cuya función es contarnos la historia y que, junto con los otros cuatro elementos arriba anotados, constituyen lo componentes básicos de la narración.

La gran habilidad de un escritor no solo es tener la creatividad necesaria para inventar historias, personajes y acontecimientos, ubicarlos en un tiempo y un lugar determinados, sino que, además, ser creíble dentro de un acuerdo de credibilidad entre lector y autor. Dicho acuerdo se sustenta en la verosimilitud del relato, que no es otra cosa que una narración que respete los elementos básicos del mundo creado, vale decir, que dentro de la ficción propuesta por el autor, con toda su carga de fantasía, por ejemplo, sean hechos o personajes creíbles, dentro de las posibilidades de ese mundo ficticio.

prof. Benedicto González Vargas


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