sábado, 20 de enero de 2018

Objetividad y subjetividad en los textos, rasgos semánticos y gramaticales para reconocerlos

Uno de los temas que, aparentemente, resulta muy fácil de comprender, porque son vocablos muy utilizados en nuestro lenguaje cotidiano, es la diferencia entre objetividad y subjetividad. Sin embargo, en mi experiencia docente me he percatado que esta diferenciación, llevada a la práctica en el reconocimiento de ambos tipos textuales en secuencias narrativas,  dialógicas, descriptivas o argumentativas, presentes en textos literarios y no literarios, no es tan clara como uno quisiera. Y no me refiero solo a las dificultades que tienen los estudiantes, mayores y menores con respecto a este tema sino que, además, no son pocos los padres y apoderados que me han señalado sentirse inseguros a la hora de ayudar a sus pupilos a reconocerlos.


Aunque estamos en plena época estival y con toda seguridad mis estudiantes no leerán esta entrada (al menos no por ahora), no puedo dejar de lado lo argumentado en el primer párrafo y buscando en la red he encontrado algunas claves que quiero compartir con Uds. 

Los rasgos lingüísticos que vienen más abajo no los describí yo, aparecen en diversos manuales, sin que me haya sido posible, por el momento, identificar su autor, solo me he limitado a intervenir el texto con mis propias apreciaciones, una redacción más cercana a mi estilo y algunos ejemplos, conservando lo medular de este excelente y breve manual

 

RASGOS LINGÜÍSTICOS QUE EXPRESAN SUBJETIVIDAD U OBJETIVIDAD EN UN TEXTO
Hablamos de una secuencia textual subjetiva cuando ésta -sea literaria o no literaria y de cualquier género-  muestra la opinión, ideas o sentimientos del emisor, respecto de alguna situación, persona (je) u objeto. Un texto objetivo, por el contrario, es el que muestra una información en la que no intervienen opiniones ni sentimientos (una información, un escrito de carácter científico, una descripción apegada al objeto descrito).
El reconocimiento de la subjetividad u objetividad de un texto o secuencia textual se reconoce por una serie de rasgos lingüísticos. Los más importantes son presentados a continuación:
PROCEDIMIENTOS PARA EXPRESAR LA OBJETIVIDAD
  1. Predominan las oraciones enunciativas, que son aquellas que comunican afirmando o negando algo, pues este tipo de oraciones no expresan ningún tipo de emoción o sentimiento. A veces, aparecen interrogativas, pero como inicio de una definición o una explicación (¿Qué es el ADN? Como veremos en el próximo capítulo, el ADN se define como…).
  2. No interesa especificar el agente de la acción; por eso suelen aparecer oraciones impersonales (Llovió anoche) y pasivas reflejas (se venden bicicletas), así como infinitivos (bailar), gerundios (bailando) y participios (bailado), que tampoco tienen sujeto.
  3. Empleo del Indicativo (modo de la objetividad y de la realidad) y el presente atemporal, ya que la ciencia propone leyes de validez universal: (las masas de los elementos químicos que forman un compuesto se encuentran en una proporción constante).
  4. Predominio de la tercera persona (Comenzó a estudiar detenidamente los hechos). A veces, se usa la primera del plural  (Comencemos por ver cómo se construyen nuevas moléculas en el laboratorio).
  5. Empleo de adjetivos especificativos, descriptivos y de relación o pertenencia: (estructura bidimensional, ácido nucleico). Estos adjetivos son muy importantes desde el punto de vista del significado y no se pueden suprimir.
PROCEDIMIENTOS PARA EXPRESAR LA SUBJETIVIDAD
  1. Empleo de oraciones exclamativas (¡qué terrible!), exhortativas (¡Luchemos hasta el final!), dubitativas (quizá no fue una buena idea...), desiderativas (ojalá haya quedado bien), que indiquen afectividad (mi perrito hermoso...).
  2. Afirmaciones y negaciones categóricas (No, nunca, jamás).
  3. Puede aparecer el modo subjuntivo (Si yo fuera rico) e imperativo de los verbos (Joven, cállese).
  4. Uso de la primera persona en los verbos, en los determinantes y en los pronombres: (Yo opino, me parece…)
  5. Presencia de verbos que indican opinión, emoción o sentimiento (gustar, sentir, molestar).
  6. Uso de adjetivos y adverbios valorativos -que valoran la realidad-: (El tiempo está muy caluroso / Creo que actuó muy bien / Me desagrada...
  7. Uso de recursos expresivos variados (repeticiones, interrogaciones retóricas, ironías, metáforas…).
  8. Uso de un vocabulario afectivo y connotativo (chiquito, cariño…).
  9. En cuanto a la puntuación, uso de puntos suspensivos para expresar duda, temor, continuar palabras malsonantes o dejar la expresión incompleta: Ya se sabe, el que con niños se acuesta…, Hijo de …; del paréntesis para insertar una nota subjetiva por parte del escritor y de las comillas, para subrayar una palabra o varias utilizadas de manera irónica.
VAMOS A PRACTICAR
Reconoce cuatro rasgos lingüísticos que expresen subjetividad en el siguiente texto:

ROSA MONTERO

Ellas y ellos

Las mujeres y su difícil relación con los hombres. O los hombres y su dificilísima relación con las mujeres. Veo las noticias de la Cumbre de Valencia, y me parece mentira lo mucho que están cambiado las cosas, por un lado, y por otro lo poquísimo que cambian. ¿Saben que el principal medio de transporte de mercancías en el interior de África son las mujeres? Todas esas hembras acarreando monumentales pesos en la cabeza como bestias de carga: eso sigue igual. Y, al mismo tiempo, ¡qué tenacidad y qué potencia tienen esas mujeres cimbreantes!
Si en el mundo ha mejorado la situación femenina es porque los hombres también han cambiado, como es obvio. Y, sin embargo, tal vez por la velocidad de la evolución, sigue habiendo resquemores, recelos y furor. Mientras se celebraba la cumbre, hubo otras dos víctimas asesinadas por sus parejas en España.
A mi mesa llega una marea constante de cartas airadas. Cartas de mujeres denunciando un recrudecimiento del sexismo y campañas machistas para hacer creer que lo de la violencia contra la mujer es un invento. Tienen razón. Cartas de hombres que se sienten maltratados por sus ex parejas y por los jueces; que se han quedado sin sus hijos; que dicen haber sido denunciados falsamente. Y creo que también tienen razón. ¿Qué nos está pasando? ¿Por qué sobre los restos de un machismo milenario se está construyendo una rabia nueva? ¿No hay manera de llegar a entendernos? ¿Tenemos que seguir siendo mundos opuestos?
La primatóloga Melissa Hines dio juguetes humanos a unos jóvenes monitos: muñecas, coches y libros ilustrados. Ellas cogieron las muñecas para jugar, ellos los coches y los dos los libros indistintamente. No si se puede extraer alguna enseñanza de esto, pero, si tienes hijos, ¡regálales libros!
Puedes contentar así (he subrayado en amarillo en el texto los ejemplos de los rasgos que comento):
  1. La presencia de oraciones interrogativas (¿Saben que el principal medio de transporte de mercancías en el interior de África son las mujeres?, ¿Qué nos está pasando? ¿Por qué sobre los restos de un machismo milenario se está construyendo una rabia nueva? ¿No hay manera de llegar a entendernos? ¿Tenemos que seguir siendo mundos opuestos?) exclamativas (¡qué tenacidad y qué potencia tienen esas mujeres cimbreantes!) y exhortativas (¡regálales libros!) que muestran el estado de ánimo del emisor, que toma una postura emocional ante el mensaje.
  2. Presencia de afirmaciones categóricas (Tienen razón), que muestran la opinión del autor del texto.
  3. Uso de la primera persona en verbos, pronombres y determinantes (veo, creo, sé), pronombres (me) y determinantes (mi mesa), que pone de manifiesto la importancia del emisor en el texto.
  4. Uso de adjetivos y adverbios valorativos (difícil, dificilísima, monumental, cimbreantes, airadas, machistas, falsamente, milenario, opuestos…), que suponen una valoración de la realidad por parte del emisor.
(Puedes señalar otros rasgos, pues se trata de una respuesta relativamente abierta; lo que está claro es que debes señalar y comentar los rasgos que aprecies con más claridad, aquellos en los que no tengas duda y que debes ejemplificar lo más posible).

Hasta acá este interesante y breve manual que, reitero, en lo medular no es mío, pues solo lo intervine un poco en su redacción y en la mayoría de los ejemplos aportados, para contextualizarlo mejor con mis estudiantes.

prof. Benedicto González Vargas

(Gracias por pinchar la publicidad en este blog) 

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