Aunque en varias ocasiones me he referido en forma positiva
a los libros digitales, opiniones que sigo manteniendo, debo reconocer que
estudios recientes indican que la lectura en papel facilita mucho más el
análisis del texto que hacerlo en una pantalla.
En efecto, durante los últimos lustros se ha investigado
bastante para conocer las ventajas y desventajas de los libros digitales,
especialmente por la tendencia cada vez mayor entre las generaciones jóvenes de
apartarse totalmente de los textos impresos y avanzar hacia una lectura solo en
soporte digital. No es ningún misterio que las propias instituciones educativas
usan de preferencia los textos con extensión PDF para entregar todo tipo de
contenidos on line. Yo mismo, en
estos últimos años, he venido formando una biblioteca en PDF que ya supera los
diez mil títulos.
Sin embargo, en la Conferencia de Factor Humano y Sistemas
Computacionales que se efectuó hace un par de años en California, se presentó
una investigación la cual mostraba y
analizaba una experiencia que determinó que las personas que leen en soportes
digitales tienden a enfocarse en aspectos puntuales y detalles concretos, más
que en la comprensión global del texto, que requiere mayores niveles de
interrelación entre las ideas e informaciones del contenido en su totalidad.
En las pruebas realizadas quienes leyeron en papel
respondieron en forma correcta un 66% de las preguntas de abstracción e inferencia
frente a un 48% de quienes lo hicieron en forma digital. En cuanto a las
preguntas concretas, focalizadas en un solo aspecto, los lectores digitales
tuvieron un registro de 73% de respuestas correctas, frente a un 58% de quienes
leyeron en papel.
Uno de los ejercicios consistió en entregar tablas de
información acerca de cuatro modelos ficticios de automóviles japoneses, tras
lo cual se les hizo elegir el modelo superior. El 66% de quienes leyeron las
descripciones en papel eligieron correctamente, frente a un escaso 43% de
lectores digitales.
El psicólogo Geoff Kaufman, doctor en psicología social e
investigador del Instituto de la Interacción Humano Computador de la
Universidad de Carnegie Mellon y líder del estudio, afirmó que “Ha habido mucha investigación sobre cómo
las plataformas digitales podrían estar afectando la atención, la
distractibilidad y la atención plena y los estudios que hicimos se han diseñado
sobre lo que ya conocíamos, aunque nos enfocamos en lo que estaba menos
estudiado” y agrega: “…ya que los
psicólogos han demostrado que los niveles de interpretación pueden influir
enormemente sobre aspectos como la autoestima y la persistencia de las
personas, es crucial reconocer el rol que la digitalización de la información
estaría teniendo en este importante aspecto de la cognición”.
Para los coautores del estudio Mary Flanagan, profesora de
Humanidades Digitales de Darmouth College, llama la atención que para “…la amplia aceptación y distribución que
existe de los aparatos digitales hay pocos estudios sobre cómo afectan nuestra
comprensión y cognición. Ahora podremos diseñar nuevos software para superar
este problema”.
Evidentemente, es un estudio interesante, habrá que seguir
investigando al respecto, afinando los instrumentos de medición y avanzar en
soluciones basados en dos elementos no menores uno ya esbozado acá que consiste
en la mejoría de la interacción texto digital / lector, en el sentido de lo
señalado por la doctora Flanagan y, en segundo lugar, no olvidar que nuestra
especie está en permanente evolución y que va adaptando sus capacidades en la
medida de las necesidades.
Por el momento, nos queda persistir en la lectura, cuando
tenemos generaciones que se resisten a leer en cualquier formato, ¡bienvenido
sea el soporte digital!, pero si podemos, ojalá que lean en papel, a mí me
sigue pareciendo triste una casa sin libros, algo que nunca vi en mi niñez y
juventud y que hoy parece ser la situación de la mayoría de los hogares.
prof. Benedicto González Vargas
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