domingo, 1 de enero de 2023

El ambiente lingüístico donde viven e interactúan los menores es crucial para su desarrollo escolar.

 


Un reciente estudio desarrollado por la Fundación Familias Power y la plataforma Soki, vino a reafirmar algo que ya se sabía, de lo que se ha estado hablando a nivel internacional, pero que no tenía aún un respaldo empírico en nuestro país: se trata de la importancia que adquiere el nivel de interacción lingüística que tienen los niños pequeños, en relación con lo que serán sus aprendizajes futuros. Esto es, cómo el nivel de complejidad de las conversaciones de los niños con sus mayores incide en su desempeño escolar. 

El estudio revela que 4 de cada 10 niños en situación de vulnerabilidad no tienen un ambiente lingüístico adecuado que estimule un adecuado desarrollo del cerebro en la primera infancia. Son varios los estudios internacionales que apuntan hacia la conversación interactiva entre padres e hijos y se constituye en un indicador de peso para explicar la trayectoria escolar. Por cierto que todos los niños antes de escolarizarse sostienen conversaciones con sus familiares, el punto está en el nivel y complejidad del vocabulario usado y en el estímulo a la respuesta. Por ejemplo, si la mamá le dice a la niña "esto es una manzana", la niña responde algo, a veces un simple "ya" o "ah" y la conversación queda allí, no fluye, no incorpora nuevo vocabulario, no posibilita la interrelación, no complejiza los contenidos semánticos y ello es grave porque hoy sabemos que el lenguaje ajusta el cerebro al generar y mantener sinapsis  que permiten avanzar en el aprendizaje de otras áreas, incluyendo las matemáticas.

Este bajo nivel que trae un 40% de los niños que ingresan a educación parvularia les genera un rezago importante en relación con el resto de sus compañeros puesto que presentarán dificultades para entender el mundo, para aprender y hasta para enfocar su atención. Esto, sin considerar que podrían agregarse, además, dificultades específicas de aprendizaje que tienen otro origen, pero que pueden aparecer en forma simultánea.

Varios investigadores aseguran, incluso, que este bajo nivel de interacción lingüística en los primeros años se correlaciona, más adelante, con la deserción escolar. 

Así, pues, es de esperar que podamos influir para que cada vez que tengamos la opción de conversar con un padre o madre con niños en primera infancia, podamos darles a conocer la importancia de esas pequeñas, pero relevantes conversaciones con sus hijos. Tanto en la interacción, como en la riqueza de vocabulario.

2 comentarios:

  1. Excelente artículo. A todo esto se suma la pantallización de los infantes, es decir, la interminable cantidad de horas que pasan frente a pantallas digitales que les impiden relacionarse con su entorno y crear por ejemplo empatía.
    Abrazo

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    1. Gracias, querida Yady, por detenerte a leer y comentar, siempre es un agrado y un honor que te acerques a esta página. Respecto del artículo, efectivamente, se requieren interacciones más complejas con los niños y en cuanto al abuso de pantallas, es increíble cómo padres y madres, en vez de darse tiempo para estar con sus hijos pequeños -como lo hicieron nuestros padres- les pasan un celular "para que no molesten". Saludos afectuosos!

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