(por Jorge Marrone)
En esta novela, María Angélica scotti instala la utopía a partir del sueño de un grupo de hombres y mujeres que escapan del dolor y la pobreza de la convulsionada Buenos Aires de mitad del siglo XIX.
La autora, porteña de nacimiento y provinciana por elección, toma como eje de su trama la elección de vida, la disyuntiva histórica: la gran metrópoli ("Buenos Aires seguía siendo esa ciudad soberbia, egoísta, pagada de sí misma que no miraba más allá de sus puertas"). o la provincia: "Era como entrar en otro mundo, en un ameno valle donde todo parecía sonreír. Una tierra sin males ni penurias...el horizonte luminoso. El paraíso primigenio." Ocho manantiales es el nombre que los fundadores le dan al majestuoso escenario de la utopía, en un valle al sur de la cordillera de Los Andes.
La magnífica prosa de la narradora relata la historia de Nicolás Vladimier Andoiev, un médico ruso recién egresado, que deja atrás la bohemia parisina y desde España llega al puerto porteño. Detras de sus apariencias formales y mundanas el joven médico se revela, por fin, como un desesperado que busca en los misterios del alma. Y se pregunta: "´Por qué siempre desde el comienzo de los tiempos, prosperan las guerras, la violencia, la crueldad, las miserias? ¿Acaso es el Mal la fuerza primordial, el meollo, lo que permanece al cabo de todo, y el Bien es tan solo la corteza, el decorado de un efímero aleteo"
Pero no todo queda en la mera especulación: un día el médico ruso decide y pasa a la acción. Parte la caravana: blancos, negros, indios, gauchos, mestizos, criollos, todos a su manera, intentarán dar vida a la obra de Tomás Moro. Este claro núcleo utópico en la temática de la novela, hasta donde se conoce, no tiene antecedentes en la literatura nacional, solamente hay un registro en la dramaturgia argentina: seis años atrás el escritor santafesino Walter Operto escribió una pieza teatral que luego fue estranada en Rosario: El pintor de la utopía.
Historias cruzadas y registros históricos; Mitre, Urquiza, los horrores de la guerra con el Paraguay, la "conquista del desierto", enriquecen la apasionante trama que va uerdiendo la autora. Con un lenguaje en el umbral de lo poético y documentado hasta en los más mínimos detalles, Scotti le da carnadura romántica a personajes entrañables como Nicolás Androiev y sus amores con la mestiza Aimé la "inglesita".
Las orillas del fuego de María Angélica Scotti puede considerarse una joya "decimonónica" en los albores del siglo XXI. Un homenaje a los sueños. Y a la esperanza.
Publicado originalmente en Revista Ñ N° 196, del 30 de junio de 2007.
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