En la Revista Ventanal Nº 105 aparece una interesante entrevista al escritor chileno Roberto Ampuero, la que transcribo in extenso para que podamos conocerla y comentarla:
"¿Quién mató a Cristián Kustermann? (1993) fue su primera
novela. En ella nos presentó a Cayetano Brulé, su famoso y enigmático
detective. Y ¿quién es Roberto Ampuero? un porteño (1953) que admiró el
proceso revolucionario cubano por dentro para luego desencantarse
completamente del mismo ("Nuestros años verde olivo"), que vivió el
autoexilio en Alemania, que hoy hace clases en la Universidad de Iowa,
que en 2008 lanzó El caso Neruda, que cree que los rígidos muros entre
la derecha y la izquierda son cosa del pasado y que el futuro tiene
mucho que ver con la libertad, las oportunidades y ¡por cierto! con la
pasión por la literatura. Según él, ese amor por la lectura "contribuye a
ampliar nuestras capacidades de comprensión intelectual y, sobre todo,
bien conducida por el maestro, genera imaginación y produce placer".
¿Qué medidas tomaría para fomentar la pasión por la lectura entre sus alumnos?
Buscaría textos buenos y realmente atractivos para ellos. ¿Por qué el
aprendizaje debe ser algo pedregoso y pesado y no puede ser entretenido y
estimulante? ¿Por qué creemos a veces que lo culto siempre tiene que
ser aburrido? Se trata de educar para toda la vida, no de cumplir un
programa anual del cual los alumnos no quieran acordarse más. Se trata
que la lectura quede en la memoria del escolar como experiencia grata.
¿Cómo fue su formación básica? ¿Hace la diferemcia un buen profesor?
Asistí al Colegio Alemán de Valparaíso, con profesores alemanes, donde
leíamos en español y alemán. Me marcó mucho en los primeros años un
profesor chileno, de apellido Monardes, que alimentaba nuestra
curiosidad antes de hacernos leer un cuento. En su introducción, que nos
permitía situar lo que íbamos a hacer en nuestras vidas, radicaba gran
parte de su éxito. ¡Claro que un buen profesor hace toda la diferencia!
5 libros de literatura universal y 5 autores nacionales de todos
los tiempos que recomendaría que leyeran todos los profesores de Chile.
Corazón, de Edmundo de Amicis; La Odisea; el primer Harry Potter, de Rowling; Crimen y Castigo, de Fedor Dostoiewsky; La montaña mágica, de
Thomas Mann. Y en cuanto a los nuestros, me parecen imperdibles Pablo
Neruda, Alberto Blest Gana, María Luisa Bombal, Manuel Rojas y Francisco
Coloane.
¿Cree que en Chile se lee más, menos o igual que antes? ¿por qué?
Proporcionalmente se lee menos que antes. No hay que olvidar que la
lectura debe competir hoy con el cine, la TV, internet, los DVD y juegos
electrónicos. Otra razón se encuentra en el elevado precio de los
libros. Faltan también iniciativas que hagan más fácil la lectura a
través de bibliotecas modernas, flexibles y móviles. También se necesita
una cultura de acercamiento entre librerías y lectores, así como una
relación estrecha entre autores y escuelas. ¿Cuántos estudiantes han
recibido en su curso la visita de un escritor o escritora, que hable de
igual a igual con ellos? Una cosa es clara: si no leemos y no debatimos
sobre lecturas se irá empobreciento más y más nuestra expresión oral y
escrita, lo que perjudica nuestra personalidad, nuestras posibilidades
de trabajo, nuestros sitios de encuentro público y nuestra identidad
nacional."
Hasta aquí esta interesante entrevista.
prof. Benedicto González Vargas
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