sábado, 2 de agosto de 2014

Reina Cortellezi, sobre la enseñanza de las Ciencias

Como siempre, en las páginas de la OEI nos encontramos con contenidos muy interesantes, en esta ocasión, destaco la entrevista de Antonio Jarne a Reina Cortellezzi, una destacada docente uruguaya y sus reflexiones sobre la Enseñanza de las ciencias, por lo interesante que es, la reproduzco para que la comentemos:

Reina Cortellezzi es docente de Colonia, Uruguay, que nos comparte su dilatada experiencia docente, su mirada freiriana de educación y sobre todo su compromiso personal. Pocas veces tenemos la suerte de hacer visible la labor que miles de docentes iberoamericanos realizan en su a día. Para la Comunidad de Educadores de IBERCIENCIA es un orgullo que Reina y muchos docentes como ella nos acompañen desde hace 5 años.


 
-¿Por qué es importante que los docentes sean capaces de transmitir la ciencia? ¿Se puede hacer de una forma entretenida?

La enseñanza de la ciencia exige al y del docente, mucho. Para citar algunos de dichos requerimientos, podemos identificar el trabajo colaborativo con la academia, nutrirse de ésta y de la observación sistemática y sistematizada de sus grupos clase para mejorar sus transposiciones didácticas. A esto, debemos agregarle un catalizador: la práctica de la educación emocional en la promoción del interés por la ciencia.
Expresarse, dar cuenta de cómo se siente y a la vez favorecer la expresión de sus emociones frente a la clase, qué le preocupa y de qué manera se puedo ocupar para generar las transformaciones necesarias. ¿Por qué no decirle a nuestros alumnos y alumnas que hemos disfrutado de la clase?; hacerles saber que también hemos aprendido; que sus intervenciones nos han movilizado; que no tenemos respuesta para algunas de sus preguntas y que juntos, indagaremos sobre el caso en cuestión.
La visita planificada a laboratorios escolares, universitarios y de empresas de la región. Además, de atreverse a la inclusión de tecnologías actuales, nos referimos a los laboratorios móviles y virtuales facilitadores de las actividades de aula para el estudio de casos Ciencia, Tecnología y Sociedad favorecedoras de la enseñanza y el aprendizaje de la ciencia. En síntesis, es entretenida y divertida siempre que se realice con sentido y significado en la construcción de nuevas estructuras cognitivas.
Profesores, profesoras y estudiantes somos sujetos integrales por lo que el proceso de enseñanza debe incluir conocimientos científicos en contextos tecnológicos-comunicativos, sociales y artísticos en el fortalecimiento de la cultura científica para aprender a seguir aprendiendo como sujeto colectivo, aprendiendo de manera colaborativa y sin fronteras.

-¿Somos conscientes de la importancia que tienen?

 No siempre asumimos que la ciencia va más allá de contenidos. Una investigación (no publicada) da cuenta de que un 78% de los docentes (independientemente de su plan de estudios en la formación docente), frente a la propuesta programática pasa por alto la fundamentación, los objetivos, la metodología y las sugerencia sobre la evaluación para “ir” a los contenidos, como si fuera el índice de un libro. Sólo en casos excepcionales, el profesorado se toma un tiempo para la revisión de los programas de todas las asignaturas de un curso. Este es un problema, porque en mi país, un profesor no sólo trabaja en más de un centro educativo, también lo hace en varios subsistemas y cada uno de éstos ofrece una diversidad de cursos y planes. Entonces ¿cómo enseñar interdisciplinariamente la ciencia en y para el siglo XXI? si sólo se cuenta con un manojo de naipes de contenidos que se llevan a la clase acompañados de la frase “hoy tengo que dar…”. Ser conscientes de la importancia que tiene la enseñanza de la ciencia, se necesita dosis muy altas de autoestima docente, compromiso y mucha entrega. Esto se logrará cuando la sociedad aprenda a valorar el potencial que encierra una formación científica adecuada y los docentes no sean convertidos en el blanco de tiro de todos y de un modo de evaluación radicalmente diferente.

La elección de una estrategia parte de mi concepción de enseñanza y aprendizaje, que puedo identificarla dentro de un marco de la enseñanza para la participación, es decir, de la implicación activa y comprometida del estudiantado. La raíz de este proceso de enseñanza y aprendizaje se encuentra en la interacción entre profesorado y estudiantes y estudiantes entre sí. En este proceso se logra la modificación de conocimientos científicos y tecnológicos, la comunicación dialógica y la reconstrucción de significados y actitudes en la comunidad.

-Eres licenciada en Ciencias de la Educación, ¿Cómo te empezaste a interesar por la enseñanza en Ciencia y Tecnología?

Desde siempre. En mi casa y en la escuela rural con tiempo, espacio y permiso para deslumbrarse e interpelar los registros fenológicos de animales y plantas y en el desempeño de tareas de cooperación donde el producto depende de un proceso específico en presencia de bacterias u hongos. Los dos últimos años, los cursé en la escuela urbana con los vientos de libertad y conocimientos de matemática que hizo circular una maestra _que no puedo dejar de nombrar, me refiero a Blanca Gorriarán_ quien habilitó la expresión de aquellos conocimientos y la posibilidad de seguir aprendiendo.
Coincido con Freire, sobre todo, con aquella idea de complementariedad entre sujetos de la educación en “No hay docencia sin discencia” que permita la construcción de la propia libertad del estudiante. Esta tarea, de alta complejidad, le corresponde al profesor, capaz de planificar las acciones de trabajo colaborativo. Por lo tanto, “enseñar es una especificidad humana” de comunicación dialógica. (Freire, 2004:8-66). Entonces ¿Cómo lograr la comunicación dialógica entre los principios unificadores de biología y los constructos del componente tecnológico? La respuesta a esta pregunta se constituye en mi objeto de estudio en Ciencias de la Educación.

Llevas más de 25 años ejerciendo en ciencia de una forma muy activa, ¿cuál es el proyecto o curso en el que más te ha gustado participar?

He participado en proyectos, todos me han gustado, todos abrieron ramas para el aprendizaje de Biología y otras ciencias, además de generarme nuevas preguntas para la investigación en ciencias de la educación. Pero sí, hay un proyecto en especial que no puedo olvidar, aún está “activo”. Se llama “¿Qué hacemos con la basura? y lo realizamos con el apoyo tecnológico y la tutoría del equipo de profesionales del Centro de Altos Estudios de OEI.

-Perteneces a la Comunidad de Educadores de la Cultura Científica, ¿en qué consiste esta comunidad? 

La comunidad tiene como prioridad el conocimiento científico. Para ello ofrece las herramientas: un servicio de noticias CTS y una plataforma Alf 4.3 y el acceso codificado a las redes sociales donde se comparten vídeos educativos, foros y link a sitios de producción de conocimiento científico y pedagógico. Ambos, territorio “común” para el intercambio de saberes y producción de conocimiento. La CECC se caracteriza por la dinámica de su contexto.. Un contexto que surge de la multiculturalidad iberoamericana, “lugar” donde se permite que investigadores, profesores y tutores-administradores lo construyan, creen, recreen y modifiquen en un proceso dialógico cuando la interacción e interrelaciones a modo de red de redes se concreta. En este proceso, intervienen los espacios geográficos habitados por sus miembros con su identidad cultural sentida e interpretada y ciertas normas de comportamiento del sujeto colectivo docente En la comunidad, los participantes, no sólo construyen el contexto, sino que, además, otorgan significado a los intercambios. Éstos, son regulados por las reglas de la comunicación virtual. Es el saber de un ciudadano.

-Creo que has hecho algún videojuego para el aprendizaje de Biología, ¿qué posibilidades abren los videojuegos y la gamificación para la educación?

No, no hice videojuego, sólo utilizo los recursos disponibles y gratuitos para los estudiantes. Durante 2011 y 2013 incorporé al plan anual de Biología de Educación Media Superior el video juego de producción chilena conocido como Kokori. Del sitio web del proyecto Kokori descargarmos el navegador de célula tridimensional. Esta herramienta tecnológica nos condujo al interior de la célula eucarionte animal. Allí exploramos sus organelos y en la búsqueda de nanobots comprendimos los procesos celulares. Ciencia y ficción son un aporte, soporte y vía para la enseñanza y el aprendizaje de los principios unificadores de la biología. El videojuego, también de Kokori, una de las ventajas de esta herramienta, es que no requiere conexión a internet para jugar. Consta de siete misiones, las que fueron alcanzadas por pocos jugadores de manera individual y varias veces cuando la tripulación actuó colectivamente poniendo al mando del teclado a estudiantes con habilidades y experiencias en videojuegos mientras sus pares resolvían y orientaban desde sus saberes de biología celular. Me atrevo a recomendarlo.

-¿En qué consistió el proyecto Qué hacemos con la basura?

Este proyecto nació en enero de 2010 en la plataforma Alf.3 de CAEU. La promotora fue la profesora Fernanda Planells de Argentina. En pocas horas, aunque estábamos en período vacacional, no sé qué hacíamos allí, pero sí recuerdo que nos sumamos muy rápidamente a la propuesta y en pocos días tuvimos el aval de la OEI poniendo a disposición la plataforma y un equipo de tutores encabezados por Óscar Macías. Participaron más de mil alumnos de Iberoamérica. Se integraron diversidad de disciplinas, edades y niveles. En mi caso, participé con estudiantes de dos escuelas, dos niveles educativos y 4 orientaciones (Gastronomía-Informática-Administración y Estética). Un proceso maravilloso, me sentí muy cansada y al mismo tiempo como docente muy feliz por lo logrado entre todos y con todos.

-¿A qué conclusiones llegaron? ¿Qué aprendieron los alumnos?
Fuimos mucho más allá de los objetivos. Aprendimos todos con todos. Abordamos el estudio de los socioecosistemas con énfasis en residuos sólidos urbanos. En ningún momento dejamos de lado la propuesta curricular. El plan anual necesitaba reformulación continua, semanal y diaria. En este proceso logramos el encastre de núcleos temáticos, contextualizamos e hicimos indagación e investigación por territorios para luego compartir, escuchar y elaborar conclusiones de manera colaborativa. No sólo concientizamos, sino que cada estudiante fue protagonista de su educación ambiental.
Aprendimos mucho. El estudiantado aprendió a aprender investigando. La búsqueda de información, la formulación de preguntas, el acercamiento a las normas nacionales y locales, para luego pasar al ámbito regional. La elaboración y aplicación de encuestas. La lectura comprensiva y sugerencias a sus pares de otros colegios. La elaboración de textos, la captura de imágenes y la cita de la fuente consultada. La selección de información pertinente a partir de fuentes confiables. La comunicación con equipos de investigadores, técnicos y administradores. La organización de jornadas de difusión-divulgación de su experiencia. Pero por sobre todo, aprendieron a trabajar colaborativamente y esta palabra no es un plus, sino que fue y es un hecho constatable. Lamentablemente, en mi país los equipos directivos y regionales, la institución educativa en su conjunto no valoró esto, más allá de las felicitaciones. Creo, que por desconocimiento y falta de interés por conocer más del proyecto, por lo que iniciativas de este tipo, quedan en el disfrute de quienes lo vivimos y de todos los miembros de la Comunidad de Educadores para la Cultura Científica, donde siempre hubo y hay espacio para el reconocimiento y puesta a disposición de otras comunidades. Estos estudiantes hicieron algo diferente y seguro que en cada momento de sus vidas ponen en juego a algunas de las habilidades y competencias desarrolladas en aquel período. El mayor logro: vivir una comunidad de aprendizaje. Es decir, estábamos fuera del texto pedagógico moderno, formamos una comunidad presente, real, funcionando, interactuando con sus espacios sociogeográficos y culturales aprendiendo y enseñando a cuidar el ambiente.
A modo de síntesis sobre los logros: trabajo eficiente en la comunidad de IBERCIENCIA aprendieron el uso de netiquetas. Anexaron las redes sociales para la comunicación con la comunidad por medio de Edumob en la divulgación de acciones, actividades y resultados. Es de destacar el tipo de vínculo establecido con los profesores participantes del proyecto y con los administradores como “debo corregir mi correo, debo comunicarle a Oscar mi cambio de dirección electrónica”; fue un ámbito de socialización, de uso adecuado de las TIC, de aprendizaje-acción-participación e involucramiento en un tema ambiental que preocupa y ocupa a la sociedad. Pero esta vez, desde un cristal diferente, el de la acción colectiva, donde los estudiantes tienen la palabra y un documento que los une. Las autoridades escuchan, pero pocas veces pudieron comprender el alcance porque subyace la idea de que tantos logros no pueden ser originados en y desde el aula. Los equipos directivos escolares también deberán colaborar en la difusión y continuidad de estos emprendimientos, más allá de las personas que lo gestionaron en sus inicios.

-Sabemos que te gusta viajar en moto, ¿Cuál ha sido tu viaje preferido y cuál es el que te queda por hacer? 

Mi viaje por la provincia de Matanzas (Cuba) en una moto de alquiler fue el más disfrutable. Movilizarse rápido por la ciudad universitaria no es fácil, estudiar y acceder a la playa de Varadero lleva más tiempo del que estamos acostumbrados los uruguayos. Por lo tanto, la moto optimiza el tiempo y la oportunidad de acceso a la diversidad de ecosistemas. El cruce del puente Bacunayagua camino a la provincia de Mayabeque me provocó algo inexplicable. Allá abajo, atrás y adelante, hay diversidad biológica, mucho verde e innumerables co lores junto a la música, composición de vida. Por hacer me queda mucho, por sobre todo Argentina. No me animaría a pasar zonas montañosas, por lo que estoy esperando los avances de drones transportadores de humanos (para recorrer suspendido y descender en el lugar deseado) que se presentarán en la feria de ciencia y tecnología mundial de 2014.

-¿Qué se pierde la gente que no se interesa por la Ciencia o la Tecnología?  

La gente se pierde la oportunidad de hacer y buscar preguntas, de ser partícipes de esta ciencia porque históricamente se la puso fuera de la sociedad. Lo mismo se hizo con el arte y podríamos preguntarnos por qué. ¿Acaso no hay ciencia y tecnología en el arte y viceversa? ¿No son los tecnólogos y científicos creadores? En la enseñanza y el aprendizaje debemos ser creativos. A mis colegas docentes, les recomiendo confianza en sí mismos, compromiso con sus estudiantes y atreverse a soñar profesionalmente para innovar y dar vida a los currículos, generar en el alumnado, sus familias y comunidad la capacidad de señalar extrañamientos. La gente se interesa en la ciencia si se la invita al círculo de diálogos para la criticidad y reflexión sobre lo cotidiano y “aquello” que vendrá, que nos ocupará en un futuro. La ciencia como construcción histórica social no puede ser ajena a la tecnología. Si no la enseñamos, quitamos la posibilidad a la sociedad de aprender a participar desvaneciendo el deseo de saber.

Como puede apreciarse, una muy interesante entrevista que los invito a leer y comentar

Prof. Benedicto González Vargas


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