De la misma manera como si fueran especies animales en peligro de extinción, existen en nuestro mundo cientos de idiomas que se encuentran bajo la misma amenaza, algunos de los cuales no podrán ser salvados por más intentos que hagamos. Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, ha desarrollado un mapa de las lenguas en peligro de desaparecer y desarrolla diversas iniciativas tendientes al rescate de esta biodiversidad cultural.
Hay que entender que detrás de cada lengua en riesgo hay mucho más que un conjuntos de signos gráficos o acústicos, hay toda una visión de mundo, un sistema de tradiciones y conocimientos que debe ser protegido. Sin embargo, y pese a la conciencia que existe en este sentido de parte de las autoridades y organismos culturales, el panorama es desolador. los estudios indican que de los 6.500 idiomas que se hablan actualmente en el mundo, al siglo XXII llegarán solamente la mitad. Entre las de nuestra América, las lenguas chané, toba, guaraní, mataco, chiriguano, sioronó, tapiaté, coya y kawéscar (las dos últimas habladas en Chile) se encuentran entre las más amenazadas. En nuestro país ya desaparecieron el yagan, kunza, selknam y cacán. es importante señalar que es precisamente en América donde se concentra la mayor variedad de idiomas originales.
No menos alarmante es la potencial desaparición de otros idiomas que constituyen fenómenos culturales únicos. Tal es el caso del nushu, una lengua de aproximadamente dos mil caracteres utilizada, comprendida y conservada desde el año mil solo por las mujeres del condado de Jian Yong, en la provincia de Hunan en China.
Esta interesante lengua se trata de un idioma secreto de las mujeres de esa región, incomprensible para los hombres y que en su milenio de vida ha generado una rica literatura, especialmente poesía y diarios de vida, además de reflexiones sobre la vida y la naturaleza, durante un periodo en que esa actividad cultural estaba prohibida para las mujeres.
Según cuenta la tradición oral, el nushu fue creado por una de las concubinas del emperador para poder seguir en contacto con su familia y amistades después de ingresar a la corte. Este código secreto, que a diferencia del chino tradicional es fonético y no ideográfico, se presentaba disfrazado en la decoración de objetos que se enviaban como regalo, por ejemplo en abanicos o minúsculos dedales. Como toda lengua, sirvió para todos los propósitos comunicativos, pero con la exclusividad de ser solamente femenino y secreto. Tras la Segunda Guerra Mundial, las autoridades comunistas chinas comenzaron a sospechar del secreto y al más puro estilo inquisidor, lo declararon prohibido, castigando severamente a quienes enseñaran o practicaran. Debieron pasar algunos decenios para que las actuales autoridades chinas se decidieran a crear un área de protección para esta lengua, Sin embargo, el daño ya está hecho y las pocas ancianas -de 80 y 90 años- que aún lo entienden están más dispuestas a conservar el secreto que a violar el pacto de silencio.
Sin lugar a dudas es un tema que debemos tener en cuenta por sus profundas implicancias culturales.
prof. Benedicto González Vargas
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