Vida pública, vida privada, cultura y Planeta Tierra son los temas centrales -mesas redondas las llama Bernardino Piñera- en torno a los cuales se entrecruzan rápidas visiones de la realidad actual.
Es lo que forma la primera parte de este libro, quizá más de la mitad. Está escrito en un tono periodístico, de inmediatez, de flashes. Hay datos escuetos, golpeadores y reflexiones de sentido común, de sabiduría de la vida. Con ellas nos introducimos al ambiente de este siglo veinte, siglo veintiuno, final de época, cambio de números.
Estas visiones rápidas pretenden abarcar todos los campos, aún los más insólitos. El llamado "crepúsculo del deber", las características de la tercera mujer (¿postfeminista?), el ocaso de la historia con Fukuyama, la cultura alternativa (también la que se está desarrollando en Chile) o el principio de incertidumbre de Heisenberg, por citar algunos temas.
Todo esto, no encerrado en un cenáculo, sino al alcance de todos: "El sabio, el pensador solitario en su torre de marfil, es cosa del pasado. El mundo es como una gran mesa redonda, como la del rey Arturo, en torno a la cual tenemos todos un puesto y mil hilos invisibles nos conectan a través de la mesa, los unos con los otros."
En la segunda parte, el autor diagnóstica: es un mundo que deja una doble impresión. Por una parte, "dislocación, como si fuera una máquina de alta tecnología que están desarmando"...Por otra, "una desconfianza, un rechazo visceral a las grandes síntesis".
Piñera recuerda a Eliot, cuando escribía: "¿Dónde está el conocimiento que perdimos en la información?"...y hace ver que hoy día se está llegando a magnitudes que no sospechó el poeta..."toda la información existente en el mundo acerca de cualquier tema está al alcance de quien la desee y en forma prácticamente gratuita".
Da la impresión, explica el autor, de que el mundo fuera un gran juego de lego. Con él se ha levantado una hermosa y compleja construcción. Sin embargo, la generación presente quisiera desmontar este lego y armar su juego propio, con las mismas piezas -utilizando los conocimientos adquiridos- pero a su modo. Parafraseando a Schumacher, quien dijo "lo pequeño es hermoso"...Se trata de integrar, de pasar del "o" excluyente, al "y"; de la información a la sabiduría, del análisis al conocimiento holístico, ojalá, como lo dijera el autor en su obra anterior, del "desencanto al reencantamiento".
Es en esta perspectiva donde nace la proposición que da su nombre al libro: la "Oferta de la fe".
¿Qué tiene que proponer el creyente para un mundo nuevo? Al responder, el autor describe el mundo de la fe, más concretamente, la Iglesia Católica y su realidad en nuestro país. Su historia, su influencia, su presencia en el Chile de hoy. Ella es una luz en el camino, una lámpara sobre la mesa que puede iluminar todas las realidades. Pero -añade el autor- no solamente como institución, sino que a un nivel personal. Como dijo Paulo VI, "la juventud, más que maestros, quiere testigos". Y estos testigos singulares son los santos, porque son signos de auténtica libertad.
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