domingo, 14 de mayo de 2023

San Agustín de Puñual, por Óscar Martínez Bilbao

                                                                        


                                                                        Entre flores y naranjos
                                                                         entre naranjos y vides,
                                                                      lo mismo que una tonada
                                                                    puesta en el medio de Chile:
 
San Agustín de Puñual,
un trozo de tierra firme.
Allí nació Arturo Prat
casi a la vista de Ninhue.

Una hacienda, un caserón
que por símbolo resiste:
peones de caras largas
y niñas de cejas tristes;
perros que entonan la noche
con mil letanías grises:
 
San Agustín de Puñual,
un trozo de Chile libre.
Allí nació Arturo Prat
y en una casa de mimbre,
bebió los jugos del sol
y leche de tierra virgen.
 
Allí, Capitán del Viento,
casi a la vista de Ninhue,
tejió con barro chileno
su corazón invencible.

Viajero que vas pasando
entre Chillán y Quirihue:
 
¡ Mirad un poco hacia el norte
Mirad la Historia de Chile!
Cerros con faldas de moza,
casas que al tiempo resisten,
lo mismo que un silabario
las quejas de un niño triste.
 
Allí nació Arturo Prat,
el gran capitán insigne,
allí se forjó el poema
de la Epopeya de Iquique.

San Agustín de Puñual,
un trozo de Chile libre,
que levanta el dedo al viento
casi a la vista de Ninhue.


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lunes, 8 de mayo de 2023

Un Nobel que se encerró en su casa

 

Sin ninguna duda la poesía española del siglo XX ha tenido grandes maestros literarios y uno que podrías denominar el gran maestro vital. Entre los primeros, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Miguel de Unamuno, el segundo fue, sin temor a equivocarnos, Vicente Aleixandre (1989 - 1984). Para todos los autores de la segunda mitad del siglo XX Aleixandre, que había ganado el Premio Nacional de Literatura de España en 1933, fue no sólo un referente, sino que varios de ellos, fue además un confidente, igual que para sus viejos colegas de la generación del 27. La vivienda de Aleixandre en la calle Velintonia de Madrid, fue, durante muchos años, la casa de la poesía, donde poetas jóvenes y mayores se reunían y frecuentaban al escritor. Fue en esa casa donde Aleixandre en 1977, se enteró que había obtenido el Premio Nobel. No obstante, su frágil salud le impidió ir a retirar su galardón y fue representado por el escritor canario Jorge Padrón.