por Constanza Menares
Pensando en la enseñanza y el aprendizaje en modalidad remota, Melissa Guadalupe Huertas, directora de Educación de la Fundación Wikimedia —organización madre de la famosa enciclopedia en línea Wikipedia— afirma que muchos expertos ya vienen diciendo que “la virtualidad llegó para quedarse”. Quien fue parte de la tercera conferencia internacional “¿ Qué significa aprender en el siglo XXI? Desaprender y reaprender en contextos de cambio permanente” (realizada online el jueves pasado por la plataforma educativa AprendoEnCasa.Org), experiencia del programa de desarrollo docente “Leamos Wikipedia” (Reading Wikipedia in the Classroom) y cómo se pueden potenciar en el aula las habilidades de alfabetización mediática e informacional a través de un involucramiento crítico y proactivo.
En entrevista con “El Mercurio”, Huertas precisa que “la escuela debe brindar a sus estudiantes herramientas y estrategias pertinentes para que sean capaces de interpretar la realidad en la que viven, colaborar con personas de contextos diferentes, y autogestionar sus procesos de aprendizaje”. De igual manera, “es imperativo fortalecer las capacidades del cuerpo docente en el uso reflexivo de herramientas y espacios digitales para aprovechar este impulso que la virtualidad obligatoria le ha dado al sector educativo”.
—¿Con qué estrategias se puede enseñar el pensamiento crítico?
“Es útil empezar estableciendo qué entendemos por pensamiento crítico y cuál es el propósito que buscamos alcanzar al enfocarnos en su desarrollo.
Si lo entendemos solamente como la capacidad de discernir entre información factual e información falsa, no estamos profundizando lo suficiente”. “El desarrollo del pensamiento crítico nos permite evaluar información, sí, pero además hacer relaciones significativas entre esta información y nuestro contexto para poder tomar decisiones, apoyar el desarrollo de nuestra creatividad y nuestra capacidad de innovación. Yo señalaría tres componentes clave para fortale= cer el pensamiento crítico: investigación, reflexión, y diálogo. Es necesario incorporar estos componentes en las estrategias de aprendizaje que ya se están diseñando.
Además, es importante no tratar al aula como un espacio aislado de su entorno: las estrategias deben ser pertinentes a las problemáticas que viven las y los estudiantes y alos espacios online y offline que habitan”.
—¿ Cómo puede un profesor y un escolar aprender a discriminar la desinformación?
“Siguiendo la línea de implementar experiencias de aprendizaje significativas, es necesario que el cuerpo docente conozca cuáles son las plataformas que usan sus estudiantes para consumir y producir información, El uso de las redes sociales, por ejemplo, cambia las dinámicas de consumo de contenido de nuestros estudiantes y las estrategias que necesitan para ser críticos en estos entornos.
La IFLA (International Federation of Library Associations and Institutions) presenta ocho recomendaciones para identificar las noticias falsas entre las que destacaría: leer más allá del titular (para no caer en el clickbait, referido a contenidos que usan titulares engañosos o sensacionalistas solo para conseguir más visualizaciones), consultar fuentes adicionales (como estrategia de evaluación), y considerar nuestros propios sesgos (para promover la autorreflexión y autorregulación)”.
—¿ Qué tan relevante resulta hoy contar con habilidades mediáticas?
“Los límites entre los espacios offline y online donde se desenvuelven nuestros estudiantes son cada vez más difusos: las formas de consumo y producción de contenido se realizan en plataformas multimediales y demandan el desarrollo de habilidades mediáticas que permitan interpretarla información más allá del texto escrito tradicional.
Es crucial que nuestros estudiantes aprovechen todas las posibilidades que les ofrece el espacio virtual para ser capaces de no solo ser consumidores críticos, sino también productores creativos de información bajo lineamientos éticos y entendiendo el impacto social que estos contenidos pueden tener”. “Es importante alejarnos un poco de la idea de que al ser nuestros estudiantes "nativos digitales' no necesitan el apoyo y guía del cuerpo docente para utilizar e interactuar en estos espacios”.
Publicado en El Mercurio el 16 de agosto 2021
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