Esta pequeña novela juvenil e infantil, de Segio Gómez, es una obra que permite reflexionar respecto de las cualidades humanas, de aquellas virtudes que nos parecen ideales y que se encarnan en personas reales como algunas de las presentadas en el relato. Del mismo modo, asoman con fuerza algunos de loss peores defectos humanos, como la discriminación, la agresividad y, sobre todo, el despectivo que tenemos con los animales.
Yo simio es la historia de un gorila que se encuentra en el zoológico de Santiago, vive encerrado, como todos los animales del lugar, pero a través de un relato en primera persona nos cuenta cómo se sentía en aquel sitio. Su gran duda era saber por qué estaba encerrado, qué delito había cometido, puesto que no lo sabía o no lo recordaba, su memoria siempre lo llevaba hasta la misma celda donde vivía enjaulado y muchas veces maltratado por sus cuidadores.
Sobre este tópico del encierro de los animales en los zoológicos ya me había referido hace algunos años a propósito del libro Las sorprendentes memorias de Baltazar, de Claudio Orrego Vicuña. El inicio de este Yo simio, me recordó mucho esa obra. Pero si el oso Baltazar nunca pudo ser libre, el simio de esta novela sí lo logró, gracias a la ayuda de una muchacha a la que ve solo un par de veces en su vida, pero de la cual se enamora para siempre. Es, ta vez, esta circunstancia, el amor, lo que humaniza en un primer momento al simio, el cual, poco a poco va adquiriendo características y virtudes humanas, incluso en la osadía y valentía del episodio en que huye del zoológico.
El protagonista nos cuenta cómo conoce la ciudad y cómo convive con personas humildes y discriminadas que, sin embargo, le tienden la mano. También nos cuenta el momento en que conoce a su gran benefactora, a quien simplemente nombra como Señora Dama, pero quien le dará trabajo, comprará ropa, zapatillas y le confiará, incluso, el cuidado de su sobrino. La Señora Dama lo empleará hasta el final de sus días, pàra ella será su empleado de confianza y para él, ella será el resorte que le permita alcanzar conocimientos que, pese a su apariciencia salvaje, lo van convirtiendo en ser humano.
Novela aparentemente sencilla, por su lenguaje simple y apto para lecturas escolares, pero que posee una hermosa profundidad que nios permite reflexionar sobre qué es ser verdaderamente una persona y cuáles son las virtudes que acompañan la condición humana.
Este interesante libro se lee con facilidad y puede compartirse con nuestros hijos menores o adolescentes.
prof. Benedicto González Vargas
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