Hace algún tiempo comenté el libro la
nochede los lápices, de María Seoane y Héctor
Ruiz Núñez. lo que no he contado es que la lectura de dicho libro provocó en mi
quehacer pedagógico una interesante experiencia, trataré de contárselas lo más fielmente posible para intentar
transmitirles el impacto que esta historia provocó en mis estudiantes de III
año de enseñanza media en un colegio chileno.
Todo empezó cuando un alumno de I medio, Felipe Reyes Zamorano, a fines del año pasado, me regaló como presente de fin de año, el libro mencionado más arriba, yo apenas conocía algo de esta historia, así que para interiorizarme en ella empecé a leer el libro. Un colega, el profesor de inglés, Mr. Marco Piña, al percatarse que yo estaba leyendo dicho texto, me comentó que había una película argentina que trataba el tema y que él la tenía y podía facilitármela. Así fue, y pude ver esta película, de Héctor Olivera, estrenada 10 años después de los sucesos narrados, en 1986.
Todo empezó cuando un alumno de I medio, Felipe Reyes Zamorano, a fines del año pasado, me regaló como presente de fin de año, el libro mencionado más arriba, yo apenas conocía algo de esta historia, así que para interiorizarme en ella empecé a leer el libro. Un colega, el profesor de inglés, Mr. Marco Piña, al percatarse que yo estaba leyendo dicho texto, me comentó que había una película argentina que trataba el tema y que él la tenía y podía facilitármela. Así fue, y pude ver esta película, de Héctor Olivera, estrenada 10 años después de los sucesos narrados, en 1986.
Al verla, inmediatamente me pareció que podía constituirse en
una experiencia pedagógica interesante. desde varios puntos de vista podía
concentrar el interés de los estudiantes, desde luego por la cercanía etaria
con los protagonistas, por ser una historia real, por tratarse de movimientos
estudiantiles (tan vigentes en el Chile actual), por incorporar elementos históricos sobre la
dictadura argentina en particular, pero equivalentes en las otras dictaduras
latinoamericanas. La pregunta era en qué unidad pedagógica y en qué curso era
factible incorporarla. Al planificar el año docente 2013 y al encontrar el
contenido adecuado en el programa de iii medio de la asignatura de lenguaje y
comunicación, donde hay que ver lo relativo a la argumentación, me pareció que
era la unidad pedagógica oportuna para incorporar el filme y así fue como hace
pocos días pudimos verla con estos estudiantes cuyas edades fluctúan entre los
16 y 17 años, las mismas que los protagonistas de esta dramática historia.
No puedo seguir contando esta historia, sin antes agradecer a uno de mis mejores estudiantes del curso, Juan Sebastián Ábalo, quien fuera mi ayudante de clase el año anterior, y que ha seguido colaborándome desinteresadamente este año. ya que la película que me facilitó mi amigo marco piña, tendía a trabarse hacia el final del filme, fue este joven quien la buscó por diversos lugares y terminó entregándomela en un DVD, el que fue usado en clases.
Al principio, pareció que la actividad no tendría éxito, algunos conversaban, otros leían, otros trataban de ocultar que jugaban con sus teléfonos móviles, pero el dinamismo de las escenas iniciales con las protestas estudiantiles y las argumentaciones de los jóvenes en las asambleas, captaron la atención y cuando ésta empezó nuevamente a decaer, la brutalidad de las detenciones nocturnas recapturó para siempre la atención de los estudiantes.
Al principio, pareció que la actividad no tendría éxito, algunos conversaban, otros leían, otros trataban de ocultar que jugaban con sus teléfonos móviles, pero el dinamismo de las escenas iniciales con las protestas estudiantiles y las argumentaciones de los jóvenes en las asambleas, captaron la atención y cuando ésta empezó nuevamente a decaer, la brutalidad de las detenciones nocturnas recapturó para siempre la atención de los estudiantes.
La tortura, el encierro, la brutalidad y
estupidez de la situación mantuvieron a mis estudiantes concentrados,
silenciosos y profundamente impactados hasta el final de la obra. No fueron
pocos los que se quedaron mirando los comentarios finales del filme, donde se
da cuenta de la suerte corrida por estos verdaderos héroes juveniles
argentinos, no fueron pocos los que me preguntaban impactados si era verdad lo
que leían o era ficción filmográfica, no
fueron pocos los que hablaron de injusticia y los que ocultos en la
obscuridad de la sala derramaron alguna lágrima.
El
impacto y la emoción presentes en mis estudiantes son un humilde, pero
sincero tributo a Claudia Falcone, Horacio Úngaro, Panchito, María Clara, Pablo
Díaz y tantos otros.
¿Y qué pasó con el tema de la argumentación?
estamos en eso. Pero a estas alturas de la actividad, de veras siento que el
objetivo ya está cumplido y aunque habrá un trabajo por hacer en fecha
próxima, que de seguro reavivará en sus mentes y conciencias las imágenes de la
película, creo que varios objetivos valóricos, estéticos, cívicos, humanistas,
pacifistas y comunicacionales, ya han sido alcanzados de sobra.
No
obstante, compartiré con Uds. la segunda parte de esta actividad, cuando me
empiecen a llegar los trabajos de los estudiantes con sus reflexiones y
opiniones personales. Fue esta una experiencia docente muy satisfactoria e
impactante. Ojalá Uds. puedan también vivirla.
prof. Benedicto González Vargas
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prof. Benedicto González Vargas
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Olivia dice:
ResponderEliminar18 septiembre 2013
Estupenda experiencia y magnífico ejercicio! Gracias por compartirnoslo, profesor, Muchas Felicidades.
Eliminarprof. Benedicto González Vargas, dice:
21 septiembre 2013
Gracias, Olivia, por tu amable comentario. Saludos afectuosos!
prof. Benedicto González Vargas