viernes, 8 de abril de 2022

Autopsia temprana, de Esther Manco

¿Qué duele más en la vida? ¿La soledad? ¿La ausencia? ¿El abandono? ¿La falta de identidad? ¿El abuso? ¿La causalidad que, ajenas y tal vez, desconocidas personas tejieron para crear efectos que sufren los inocentes?

¿Cuál es el remedio a estos dolores? ¿La búsqueda incesante de uno mismo? ¿La introspección guiada por especialistas para quienes somos meros pacientes? ¿La añoranza de la fe? ¿La renuncia a toda forma de lucha para dejarse abandonar en un estado de letargo y lenta aniquilación? ¿La venganza que cruza como una sombra nuestros pensamientos?

La novela que tenemos ante nuestros ojos no busca, por cierto, dar respuesta a esas interrogantes, pero la presencia de ellas cruza las vidas atormentadas de quienes coexisten en esta obra. Las relaciones que establecen estos personajes con su entorno y con su biografía íntima llena de carencias, interrogantes y secretos. Donde la vida y la propia ubicación en el mundo se van construyendo en la medida de lo posible, en las buenas o malas decisiones tomadas a la luz de oportunidades ínfimas y pasajeras que, sin embargo, son capaces de condicionar lo que vendrá.

Esther Manco nos entrega, con su obra, la ocasión inestimable de ahondar en nuestra propia biografía, recuerdos, búsquedas, encuentros, carencias y logros, a partir de una historia plena de emotividad, sentimientos encontrados y en no pocas ocasiones, ternura. Las vidas paralelas y entrelazadas de Manuel, Claudia, Matilda y Alberto, entre otros, nos hacen reflexionar respecto de lo que ha sido nuestra biografía emotiva, de las personas que la habitan, de los sueños que cobijaron y de la materialización de algunos, en desmedro de otros.

Novela intensa, que se deja leer sin prisas, pero sin pausas. Donde las descripciones que, en otras obras aletargan la historia narrada, acá de manera magistral se convierte en marco, contexto o espacio vital para que la obra avance por la seguridad de un camino que va dejando huellas en el lector. Novela intensa, donde la profundidad de los sentimientos y emociones humanas se mezcla -como en la vida misma- de luminosas intenciones y obscuras acciones. Donde cada momento ofrece, incluso, dobles interpretaciones que se van adaptando o validando de acuerdo a nuestras propias creencias y experiencias.

El dolor de una madre joven expulsada del hogar y luego sometida por su pareja; el dolor de un hijo abandonado que logra encontrar la madre que siempre quiso como tal; la búsqueda equívoca de la plenitud en el refugio monástico y la rebeldía que aflora al abandonarlo; las flores dejadas ante una tumba sin nombre; la amistad verdadera que se nutre tanto de experiencias compartidas, como de silencios profundos; Un orfanato de apariencia acogedora, pero de fría y rutinaria vivencia. Esos son los materiales básicos que Esther Manco conjuga para crear una novela que se abre paso desde ese dolor basal que se anuncia en las primeras páginas y que no cede hasta el final, hacia nuestra propia conciencia y sentimientos que, sin quererlo ni buscarlo, van encontrando espejos en las acciones y vivencias de los personajes.

Novela notable, que es una de esas obras que aún acabada su lectura no nos suelta pues nos deja con interrogantes acosadoras, no solo sobre los personajes y su futura evolución sino que, sobre todo, nuestras propias vidas cargadas de causas y efectos.

prof. Benedicto González Vargas

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