Ha sido una grata sorpresa encontrarme con este libro. La sencillez de la publicación encuentra su correspondencia en la admirable sencillez de los poemas, alejados de las estructuras poéticas académicas, de las rimas y métricas canónicas son, sin embargo, plenos de sentimientos, emociones y vivencias auténticas que el poeta transmite con generosa autenticidad.
Nos identificamos con las imágenes que transmite, son vivencias tan cotidianas que no nos cuesta identificarnos con ellas, así encontramos el poema Despertar de mi barrio
El sol llegó hasta mi callecon su sombrero amarillo,
despertando con su sonrisa
mi humilde barrio dormido.
Un obrero pasó a golpear
la puerta de su vecina,.
El viejo que trae el pan
va gritando en su triciclo.
Los gritos de una vecina
despertando a su marido,
se confunden con el llanto
del despertar de los niños.
Son escenas cotidianas, sin pretender alzarse como modelos poéticos, como alguna vanguardia nueva o inscribirse en una alta tradición clásica, pero son poemas que transmiten una vitalidad del sentimiento que es tan verdadera, como emotiva. Por cierto que el amor que no logra hacerse realidad tiene muchos versos en esta obra, acá dejo el breve poema Fue un grave acuerdo:
Fue un grave acuerdo,
nos dijimos adiós.
Nuestro mutuo Amor
no nos pertenecía...
Y un tiempo después
la vi pasar un día
y...¡cielo santo!
¿Por qué no me miró?
Y también esos amores ya más maduros que fracasan, una relación más formal que se rompe y que, sin embargo, deja una huella indeleble que es imposible olvidar y que, aunque sabe del rechazo posible, quieres estar cerca de ese ser amado cuando pasa por momentos de aflicción. Dejo acá unos versos del poema De visita:
Ante ní se levanta con sus murallas grises
el vetusto edificio del gran hospital.
He venido a verte y el corazón me dice:
"No creo que se alegre al verme llegar".
Pero, ya estoy aquí, devolverme no puedo,
sobre mí puede más el deseo de verte
y como quisiera correr, para mirarte de nuevo
sabiendo que no me esperas, entro, al fin, lentamente.
(...)
Una vuelta, otra más y he llegado a la sala,
fría, grande y blanca, en donde estás tú.
Me invade la tristeza al divisar tu cama
y tú perdida en ella, con pálida quietud.
Como puede apreciarse, son poemas sencillos, pero profundamente humanos y empapados de sentimientos universales que todos hemos sentido alguna vez.
En definitiva, es un libro bello, sencillo, que se deja leer con atención y emoción. Plenamente recomendable, aunque difícil de encontrar. Pero Jorge Yáñez es un grande de las tablas. Televisión, teatro y folclor son su legado y, por supuesto, su inolvidable vals El gorro de lana, un himno para Chiloé y particularmente para Quellón.
prof. Benedicto González Vargas
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