domingo, 22 de mayo de 2005

El Señor del soneto

Alguien ha dicho que así como a Oscar Castro le salían kilométricos romances, Pedro Prado escribía sonetos por toneladas. y es cierto, por eso a nuestro Premio Nacional de Literatura 1949 se le conoce como "el señor del soneto". Pero no basta -para ser un poeta verdadero- expresarse de manera preferente en un determinado metro o encasillarse en un único estilo. Tampoco importa demasiado que los poemas sean perfectos desde el punto de vista métrico o estructural, lo que importa -para ser un poeta verdadero- es que la poesía (esa magia inefable) destelle en sus obras y sea capaz de evocar en los lectores aquellas sensaciones y emociones que sólo el verdadero arte logra recrear. y esos destellos son múltiples en Pedro Prado.


Nacido en Santiago el 8 de octubre de 1886, publicó su primer libro de poemas,  Flores de cardo en 1908. seis años después aparece su primera novela, la maravillosa historia de La reina de Rapa Nui. En 1915 sale a la luz otra de sus obras notables, Los pájaros errantes, que inaugura la prosa poética en Chile,  pero es en 1920 cuando los círculos literarios se conmueven con la novela (¿será tal vez un poema en prosa?) Alsino. es la hermosa historia de un niño huérfano (tan huérfano como Pedro Prado) que sólo deseaba volar y que con su anhelo nos enseñó una lección que solamente unos pocos privilegiados logran comprender: es posible desplegar verdaderas alas y superar la mediocridad de este mundo si anhelamos lo imposible con espíritu noble, sincero y dispuesto. Alsino quería volar y Pedro Prado también. ambos lo lograron, ambos superaron sus limitaciones...

En 1924 aparece otra novela notable, Un juez rural, que figura con justicia entre las mejores de la narrativa chilena. El amor, como en todos los poetas, fue también importante en la inspiración de Pedro Prado: "te amo porque eres dulce y grave / (...) / y porque, como aquel que sabe, / sin preguntar, tu corazón sufría. / trinidad sin posible semejanza, / oh, mi ayer, mi presente y mi esperanza!" . Hermosos versos también encontramos en "La rosa revelada": si tu supieras lo que buscas tanto, / si no ignorase lo que tanto anhelo / ni tú tendrías desespero y llanto / ni yo dudara del azul del cielo (...) / más allá del amor hemos vivido, / allí donde el amor se transfigura".

Escribió una gran cantidad de libros de poemas e incursionó en la diplomacia, sirviendo un cargo en Colombia. Aún hoy, quienes lo conocieron, recuerdan su bondad: "tenía corta la ambición y largo el genio y el talento", escribió Roger Soto.

Pedro Prado Candia, "El señor del soneto", murió rodeado de su familia amada y numerosa, el 31 de diciembre de 1952. una comuna de Santiago de Chile (que abarca tierras que fueron de su familia) recuerda su nombre y luce orgullosa en su escudo de armas la figura de un niño que sabe volar.

prof. Benedicto González Vargas

Artículo publicado originalmente en el periódico El Coirón Cordillerano, Puente Alto, 4 de marzo de 1994. Para ver recorte de publicación, pinche aquí

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