jueves, 4 de diciembre de 2014

Sin dictados, la clase de Inglés es mucho mejor

Muchos colegios piensan que tener hablantes nativos como profesores es una ventaja, pero en realidad estos supuestos maestros muchas veces no tienen entrenamiento alguno. Y eso nunca va a ser mejor que contar con docentes locales que en ocasiones pueden hablar peor, pero que han estudiado estrategias para cautivar a sus alumnos”.  Así opina Jo Ann Crandall, profesora del Departamento de Educación de la Universidad de Maryland, Estados Unidos,  quien en una reciente visita a nuestro país, en el marco del III Seminario Académico de Inglés: Perfeccionando la Enseñanza.


En dicha oportunidad, la docente manifestó que una buena estrategia de enseñanza del Inglés pasa por entender que una buena clase de esta asignatura es más que copiar materia sobre gramática y pedir a los alumnos que aprendan palabras.  Entre sus ideas fuerza, señala que los dictados no deben ser lo primordial sino que, aprovechando la cercanía que los estudiantes tienen con la tecnología, la clase debe convertirse en una instancia para generar actividad y ruido, donde los estudiantes trabajen en pequeños grupos  aplicando de forma concreta el uso del idioma, conectándose, por ejemplo, a través de la red, con estudiantes que hablen inglés en otras partes del globo:“Estudiantes de Santiago y Tokio pueden entablar conversaciones a través de la web, por ejemplo. Lo importante aquí no es que cada parte aprenda una lista de verbos de memoria, sino que se aproveche de ensayar lo que ha aprendido, comunicando sobre un tema de interés y que el profesor no necesariamente imponga. Un tópico a tratar con adolescentes podría ser la moda o las fiestas que se organizan en cada una de las ciudades, las cosas entretenidas que se hacen los fines de semana o las comidas que se sirven en sus locales de comida favoritos.
Cuando la actividad como la del ejemplo está bien lograda, se logra motivar a los estudiantes para mejorar sus habilidades en el uso del idioma, incentivándolos a buscar material que les ayude a darse a entender sin la presión de que alguien los esté controlando con una calificación.
Finalmente, la experta señala que es primordial que se enseñe a los docentes a hacer uso de la tecnología: “He visto que muchos docentes tienen salas equipadas con pizarras interactivas, que cuentan con conexión a internet, pero son pocos los que realmente saben usarlas”.
Jo Ann Crandall, no solo ha participado en este seminario en Chile, que se efectuó hace un par de meses, sino que también asesora pedagógicamente a instituciones educativas de Argentina, Brasil y Perú.
Prof. Benedicto González Vargas

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