Se trata de una intrducción al budismo, pero la bibliografía estudiada para su realización frisa con lo enciclopédico. No obstante, es sintética en la presentación de lo esencial del universo de pensamiento elaborado a lo largo de 2600 años en este, uno de los cauces principales de la religiosidad humana. La exposición se desarrolla con rigor académico, en capítulos, subcapítulos y apartados para el análisis de los temas principales, lo que facilita la consulta, sin que el autor -profesor de la Universidad de Cambridge- entremezcle valoraciones personales. Para quien busque una visión general del budismo, probablemente resultarán de especial interés los cuatro primeros capítulos, que exponen la figura de Buda y su contexto histórico, las enseñanzas budistas básicas: renacimiento y cosmología, karma y "las cuatro nobles verdades", relativas al sufrimiento, su origen, su superación y el camino para alcanzarla.
Sigue una síntesis de los desarrollos tempranos del budismo, la creación de la comunidad de monjes y monjas, el "shanga" que, con 25 siglos de existencia, constituye hoy la institución viviente más antigua del planeta, la expansión del budismo bajo el emperador indio Asoka (s. III a.C.) quien impulsó mediante embajadas una actividad misionera poco usual en esta religión, esas misiones -según algunas investigaciones- habrían alcanzado hasta el cercano Oriente helenístico pre-cristiano, donde, aunque no llegaron a enraizar, pudieron dejar huellas aún identificables en corrientes religiosas que luego confluyeron en el cristianismo. Los dos capítulos finales dan cuenta de la historia y desarrollo contemporáneo del budismo, en Asia y más allá de ella.
De gran interés es el capítulo relativo a la filosofía mahayana o "gran vehículo" hacia la iluminación --una de las grandes corrientes dentro del budismo, configurada entre los años 150 a.C. y 100 d.C.-, en el cual quedan en evidencia asombrosas anticipaciones a la Psicolocología y al Psicoanálisis que emrgerían en Occidente recién hacia fines del siglo XIX y a fines del XX, así como aún más asombrosas convergencias con las hipótesis de la física nuclear de épocas recientes. A estos respectos merecen ñarticular análisis nociones tales como "vacuidad" o "impermanencia". Otro tanto puede decirse de múltiples aspectos en el que el pensamiento budista anticipó o elaboro en paralelo enfoques filosóficos que Occidente consideró por siglos como patrimonio propio. Lo que hasta el siglo pasado fue considerado más bien como un exotismo propio de países retrasados, hoy se aprecia por muchos con perfiles de avanzada conceptual que explican el atractivo que ejerce en diversos sectores.
Atención especial merece el capítulo sobre la ética budista, de altísima exigencia:la actividad ética más importante que debe cultivarse es la de dar base para el progreso moral y espiritual, al que se llega por el amor y la bondad universales y, sobre todo, por la compasión, antídoto contra la crueldad por acción u omisión y aspiración a que todos los seres se liberen del océano de sufrimiento en que, de otro modo, vagan a la deriva.
En sus diversas variantes el budismo cuenta hoy con unos 500 millones de fieles. Cifra significativas, pues los católicos se estiman, gruesamente, sobre unos 900 millones; los protestantes, unos 500 millones; los ortodoxos, 200 millones; los islámicos entre 900 y mil millones, los hinduístas, 700 millones. Más importante aún, el islamismo y el budismo son las dos corrientes religiosas que, por razones de inmigración en el primer caso y culturales en el segundo, dan claras señales de ganar señales en Occidente durante el siglo XX, con repercusiones que con stituyen una incógnita. Son tendencias que no pueden ignorarse y que hacen del conocimiento de estas religiones algo de mucho mayor alcance que la sola curiosidad erudita.
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