martes, 13 de abril de 2004

La Reina del Valle de Elqui

"Todas íbamos a ser reinas / de cuatro reinos sobre el mar; / Rosalía con Efigenia / y Lucila con Soledad. / (...) / Lo decíamos embriagadas, / y lo tuvimos por verdad, / que seríamos todas reinas / y llegaríamos al mar".

Estos hermosos versos, por todos conocidos, no fueron, sin embargo, totalmente verdad, porque ni Rosalía, ni Efigenia, ni Soledad llegaron a ser reinas; sólo una lo fue, Lucila, que cruzó cien veces el mar.


Lucila Godoy Alcayaga, la inmortal Gabriela Mistral, nació en el Valle de Elqui, norte de Chile, el 6 de abril de 1889, hija de Jerónimo Godoy y Petronila Alcayaga. Vivió una infancia difícil, llena de estrecheces y falta de cuidados: "entre los gestos del mundo / recibí el que dan las puertas".
Su inclinación por la pedagogía y su amor a los niños la hacen ocupar en 1907 un puesto de profesora en la pequeña escuela rural La Cantera. En 1910 rinde exitosamente en la Escuela Normal de Santiago el examen que la acredita como profesora, iniciando un largo peregrinaje que la llevó a trabajar en las ciudades de Traiguén (1911), Antofagasta (1912), Los Andes (1912), Punta Arenas (1918), Temuco (1920) y Santiago (1921).

Su genio poético vino a revelarse en 1914, en los Juegos Florales de Santiago, con los inolvidables y ya legendarios Sonetos de la muerte, que fueron aclamados como de aquel concurso. No obstante fue otra voz la que leyó al público la obra, entre los asistentes corrió el rumor de que su autora, una joven y humilde maestra rural, no tenía la ropa adecuada para concurrir a tan importante cita.

En 1922 la ya famosa maestra y poetisa es invitada a México para asesorar la reforma educacional que el gobierno mexicano deseaba emprender. Nunca antes los ambientes escolares del país del norte se remecieron tanto. Gabriela recorrió cada pueblo y villorrio, se imprimieron más de cincuenta mil obras de autores clásicos, se crearon más de tres mil escuelas rurales y cuatro mil quinientas bibliotecas. Al partir, luego de dos años de arduo trabajo, dejó una obra monumental y un recuerdo imborrable.

En 1923 aparece en Nueva York su libro Desolación, y dicta, además, una conferencia en la Universidad de Columbia.

Luego, viaja a Francia y España, donde es recibida con grandes homenajes. Vuelve a Chile en 1925, pero sólo se queda un año, pues la Liga de las Naciones (antecesora de Naciones Unidas) le ofrece una representación cultural, pero ella sigue viajando: Puerto Rico, Dominicana, Cuba, Panamá, Honduras, El Salvador, Costa Rica y nuevamente Estados Unidos.

En 1932 el Gobierno de Chile la nombra cónsul en Génova, pero no asume por no compartir el pensamiento político de Mussolini. Entonces, se hace cargo del consulado chileno en Madrid (1933), luego irá a Lisboa (1935), Oporto (1936), Guatemala (1937), Niza (1938), Niteroi (1940) y Petrópolis (1945). Ese mismo año alcanza el Premio Nobel de Literatura, recibiendo en Estocolmo, de manos del rey Gustavo Adolfo V de Suecia, la medalla que simbolizaba su cetro universal. Después, en 1948, vuelve a México para hacerse cargo del consulado en Veracruz y en 1950 viaja a Italia para asumir en Nápoles.

Chile, en tanto, aún le debía el reconocimiento máximo, éste llegó en 1951, cuando fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura, vuelve a Chile y lo recorre emocionada en medio de emotivos homenajes.

En su largo peregrinaje por el mundo escribió Lecturas para mujeres (1923), Ternura (1924), Tala (1938), Lagar (1954) y Recados contando a Chile (1957), entre otras obras.

Gabriela Mistral, la Reina del Valle de Elqui, la que cruzó el mar cientos de veces, la que recibió el cetro de la poesía universal de manos de un auténtico rey, falleció en Nueva York el 10 de enero de 1957. Sus restos descansan hoy en Montegrande, en su amado Valle de Elqui.

prof. Benedicto González Vargas

Publicado originalmente en el periódico "El Coirón Cordillerano", Puente Alto, 1 de octubre de 1994. Ver artículo aquí (con pesudónimo, Andrés Mya) y posteriormente en Revista Letralia Nº 81, Cagua, Venezuela, 1 de noviembre de 1999. Ver artículo aquí.

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