Pronto este libro cumplirá 23 años. Fue publicado por primera
vez en Santiago de Chile en 1986 y ya lleva una treintena de reimpresiones y
traducciones en diversos países. Desde sus primeros días recibió el entusiasmo
de los lectores y el respaldo del Ministerio de Educación chileno que lo
calificó y recomendó como una obra apta para lectura en las escuelas debido a
los múltiples valores que ofrece. El papa Juan Pablo II, por su parte, le
otorgó una bendición especial a su autor y a la obra.
¿De qué habla este libro
tan exitoso?
De Ami, un extraterrestre con apariencia de niño, pero que es,
en realidad, un hombre sabio que ha venido en misión a nuestro planeta. Ella
consiste en enseñar a Pedrito, un niño chileno de ocho años, cuál es la única
Ley Fundamental del Universo y para ello se vale de invitar al pequeño
compatriota a un intenso viaje a través del universo.
Nunca Ami entregará una información a través de una estrategia
docente tradicional. Su metodología es generar inquietudes en Pedrito para que
éste pregunte y luego vaya, a través de distintas experiencias personales,
adquiriendo los conocimientos cósmicos que debe aprender. La tarea de Pedrito
será escribir un libro para enseñarnos a todos sobre estas verdades eternas.
Aparentemente, Ami es un libro infantil. Pero cualquiera que
sepa algo de simbología tradicional y de espiritualidad, se percatará que el
verdadero objetivo de esta obra no es ser un texto de ciencia ficción para
niños, sino un aporte espiritual para toda la humanidad. El esoterismo en Ami
es tan claro y evidente para un especialista en estos temas, como lo es el de
El Principito, por ejemplo. De hecho, ambas obras comparten no pocos puntos en
común, partiendo por la calidad iniciática de sus autores. Ami, el Niño de las
estrellas es una obra hermosa, altamente recomendable para personas que creen
que el amor y la buena voluntad debemos practicarlas siempre y con todos, sin
importar las creencias del prójimo. Da lo mismo la religión que tengamos o si
creemos o no en el esoterismo profundo de esta obra. Es una novela de gran
belleza y que no puede dejarnos indiferentes si de veras queremos vivir en un
mundo mejor.
Dos secuelas tiene esta obra: Ami regresa y Ami civilizaciones
internas, que son los dos tomos que continúan la historia, cada vez más
profunda y densa en mensajes simbólicos tradicionales, sin perder, en todo caso
nunca, su transparente y sencilla narración, tan apta para los niños. Pero cuya
enseñanza reluce plenamente en quienes son capaces de desentrañar el profundo
mensaje que subyace prístino bajo las capas de una apariencia inocentona. Lo
digo claramente, Ami es una novela que funciona en triple sentido: 1. Una
novela de ciencia ficción para niños, con una historia comprensible para
cualquier niño que sepa leer. 2. Una novela valórica sobre el amor y la buena
voluntad, lo que es una lectura para pre-adolescentes capaces de comprender
valores positivos y 3. El verdadero mensaje, una novela new age, profundamente
esotérica, que solo quienes han sido iniciados en escuelas místicas pueden
comprender a cabalidad. Este tercer nivel no es para jóvenes, tampoco para
adultos, ni siquiera para aprendices, es una novela para quienes ya han
recorrido un camino en las escuelas de misterios.
No ha sido la crítica demasiado generosa con Ami. Se le
critica su postura ideológica y su escasa calidad literaria. Pero para una obra
cuyo objetivo es mejorar nuestro comportamiento planetario, la opinión de los
críticos y sus enrevesadas (y prejuiciosas) opiniones, no es en lo absoluto
relevante. A despecho de todos ellos, Ami ha resultado un éxito literario
internacional sin ninguna maquinaria publicitaria detrás. Por eso creo que es
un buen libro para leer o releer este verano, especialmente para compartir unas
horas de lectura con nuestros niños.
He encontrado esta versión electrónica para compartirla con ustedes.
prof. Benedicto González Vargas
Gracias por pinchar la publicidad en estas páginas
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