jueves, 19 de febrero de 2009

Aportes para la enseñanza de la Matemática


En el portal Educarchile aparece publicado un artículo sobre la enseñanza de las matemáticas, que me ha resultado muy interesante y cuyos contenidos deseo compartir con ustedes. El artículo en comento es, en realidad, una reflexión respecto del libro Aportes para la Enseñanza de la Matemática, que publicó UNESCO hace pocos días. Parte el comentario marcando un fuerte énfasis en la idea de la evaluación como un proceso que permite recoger información sobre el estado de los saberes de los alumnos, y que orienta la toma de decisiones de enseñanza. Por cierto que varias veces me he referido al tema de la evaluación y por ello suscribo plenamente este énfasis. 


El texto señala luego que a partir de las producciones de los niños se puede recabar información acerca de las dificultades que presentan en dicha asignatura, así como también, por cierto, de lo que han aprendido. Sin embargo, lo más notable que señala es que en esa información se pueden encontrar también los resultados derivados de nuestras propias estrategias de enseñanza. Si bien es cierto esto es algo sabido y comentado desde siempre, todos tenemos experiencia de que en la práctica la evaluación sólo se usa para conocer lo que sabe o no el estudiante y muy pocas veces para reflexionar sobre las propias prácticas metodológicas docentes, lo que es fundamental. 

El texto del artículo continúa con la recomendación de que frente a los "errores" descubiertos será necesario: analizarlos, intentar comprender cómo y por qué se producen, y diseñar actividades de distinto tipo que permitan revisar o ampliar lo ya conocido. Y en este punto arroja una pregunta fundamental si queremos de verdad entregar enseñanza a todos los estudiantes: ¿Qué factores pueden incidir en la dificultad o facilidad con que nuestros alumnos resuelven las tareas matemáticas? El análisis continúa haciéndose cargo de una costumbre docente que no es sólo propia de las Matemáticas, sino que cruza horizontalmente a todas las asignaturas. Se trata del hecho de que muchas veces los docentes procuramos anticipar los errores de nuestros alumnos con la intención de acortar el proceso de enseñanza-aprendizaje (a menudo los tiempos empiezan a presionarse ante la imposibilidad de entregar todo el currículum anual cuando un curso no avanza al ritmo esperado), pero anticipar los errores de los estudiantes, especialmente en el área de las ciencias no es posible del todo, puesto que los errores son parte del proceso y surgen en función de los conocimientos que circulan en la clase y no de la falta de habilidad para la matemática, mote que suele endilgarse a más de algún estudiante. 

En el caso de cuestiones presentes en las producciones de muchos alumnos del curso, habrá que preguntarse, en principio, en qué medida las actividades propuestas como evaluación recuperan los contextos, las tareas, y las representaciones incluidas en las actividades seleccionadas para presentar y desarrollar el tema. Muchas veces, la aparición de una nueva representación, o de un contexto que involucra un significado distinto para una operación, deriva en la imposibilidad de utilizar lo conocido pues aún se encuentra muy ligado a las representaciones y los contextos analizados previamente. En este sentido, con la intención de verificar si el estudiante se ha apropiado verdaderamente de los contenidos enseñados, las evaluaciones suelen descontextualizarse totalmente de la forma en que se hizo la clase. 

En Aportes para la enseñanza de la Matemática se analizan algunas de las dificultades que muestran los estudiantes al responder las preguntas del estudio, con el fin de entregar a los docentes algunas propuestas para interpretar los resultados de las pruebas y las producciones de los alumnos, así como algunas sugerencias para trabajar en clase. El trabajo que se propone para las clases de matemática, por ejemplo, parte de la resolución de problemas y supone un docente que alienta la reflexión sobre lo realizado, incentiva al niño para que comunique sus producciones y fundamente sus elecciones. Todo ello sin olvidar que la escuela debe proporcionar las herramientas para formar ciudadanos plenos, críticos y responsables que puedan participar activamente en la construcción de una sociedad mejor. Termina el texto señalando que "estudiar matemática es hacer matemática en su sentido más amplio, porque requiere involucrarse en la resolución de un problema, indagar las condiciones particulares y generales que involucra, generar conjeturas, identificar modelos con los que abordar el problema y reconocer el campo de validez de un cierto procedimiento o de una afirmación producida en el marco de este proceso". 

El estudiante que sólo repite lo que le transmite el profesor se somete al aprendizaje de técnicas sin conocer su sentido, validez, importancia ni uso práctico y, ante el más que probable fracaso en la asignatura, la única respuesta que ofrece, como si fuera una profecía autocumplida, es "soy malo para las matemáticas" Si quieren descargar este interesante libro, pinchen aquí 

prof. Benedicto González Vargas 

Gracias por pinchar la publicidad en estas páginas

2 comentarios:

  1. Karina, dice:
    19 febrero 2009

    es verdaddddddddddddddddddd...............

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    1. prof. Benedicto González Vargas, dice:
      20 febrero 2009

      Gracias, Karina, por encontrar que lo poco que señalo sobre este tema es verdad. Saludos afectuosos, Benedicto

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