sábado, 4 de abril de 2015

Uno de cada dos escolares sabe que las imágenes íntimas pueden filtrarse en la red


El centro de investigaciones Tren Digital, dependiente de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile encuestó a cinco mil estudiantes de entre 7° básico y 4° Año Medio para realizar un estudio sobre la facilidad en que las imágenes pueden filtrarse en la red.

La investigación arrojó cifras que no sorprenden ya que, aunque no se conocían en detalle, las personas vinculadas a la investigación relativa al comportamiento de los jóvenes en redes sociales e internet, ya sospechaban desde hace mucho. En efecto, un 37 % declara haber recibido imágenes de contenido sexual en internet y un 11% reconoce haberlas enviado. De este grupo, un 43% dice que ha visto estas imágenes en lugares donde no son vistos y un 33% dice que los ven desde lugares en los cuales sí pueden ser vistos. En cuanto a los que se declaran, además, emisores de estos mensajes, un 15,2 % dice enviarlos desde donde no los ven y un 9,3 desde donde sí pueden ser vistos.

En cuanto al conocimiento sobre filtraciones de imágenes íntimas en la red, un 49 % señala que sí sabe que las imágenes son fáciles de filtrar y expandir por la web. Las razones de esta situación arrojan que para este grupo las razones son:

- Se las muestran a alguien y éste después las reenvía (70 %).
- Alguien las filtra “para hacerse el choro” (51 %)
- Hay poca seguridad en los celulares (48 %)
- Son enviadas voluntariamente (44%)
- Pololos (as) despechados (as) tras el término de la relación (43%).
El 62 % dice que estas imágenes son vistas por todo el curso. En cuanto a los medios por donde se filtran las imágenes, las respuestas más repetidas fueron:
- A través de envíos por celular (73%)
- En Facebook u otras redes sociales (72%)
- En Youtube (36%).

La importancia que los adolescentes le dan a estas redes sociales se demuestra en que un 32 % de los adolescentes cree que no tener Facebook es perderse de mucho, un 31 % dice que internet les permite no perderse de nada. Un 29 % dice que quienes no tienen whatsapp se pierden de mucho y un 10 % dice que el que tiene más amigos en Facebook es el más popular.

En cuanto al uso de internet para fines no académicos, un 37 % declara que lo usa para conocer gente, un 23 % para encontrar respuestas a preguntas que no se atreve a hacer en persona, un 17 % para coquetear, 12 % por dudas sobre temas de sexualidad, 8 % para pedir consejos a desconocidos y un 5 % para conseguir pareja.

Las contraseñas también fueron motivo de la encuesta y el resultado fue que un 54 % dice que solo él conoce su contraseña, un 45 % dice que alguien más la conoce. De estos últimos, un 21 % dice que la sabe algún familiar y un 19 % un amigo cercano. Además, un 23 % reconoce que su cuenta ha sido intervenida de manera indeseada.

Todo lo anterior nos lleva a plantearnos dos preguntas:

¿Existe o no conciencia entre padres, apoderados, docentes y los propios jóvenes de los riesgos que conllevan algunas prácticas no protegidas habituales en internet? y

¿Por qué el Ministerio de Educación, los municipios o las propias autoridades de colegios y escuelas no implementan masivamente políticas educacionales respecto del uso de las tecnologías digitales que permitan educar e ilustrar a los adultos en estas situaciones potencialmente conflictivas y que son tan habituales en los adolescentes?

Es absolutamente urgente y necesario no seguir cerrando los ojos a esta realidad, no para prohibir a nuestros hijos el uso de redes sociales, ni mucho menos de internet, pero sí para saber dónde y cómo estar alertas para prevenir problemas muy complejos que el descuido o la ingenuidad nos pueden provocar a través de la web.

prof. Benedicto González Vargas

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