martes, 28 de enero de 2014

Misery, de Stephen King

Aunque es una obra que ya tienes sus años -fue publicada en 1987- no había tenido ocasión de acercarme a ella, tampoco a su autor, Stephen King. Obviamente sí conocía su fama de escritor de novelas de terror y, aunque no la vi, también supe del éxito de la adaptación cinematográfica de esta novela.

La historia se inicia cuando Paul Sheldon, un exitoso escritor norteamericano, acaba de terminar un nuevo libro, del que posee solo un borrador y decide emprender un viaje hacia las montañas. Sheldon debe su fama a la saga de novelas de Miseryuna historia ambientada en el siglo XIX sobre una joven sin fortuna que logra casarse con un acaudalado galán. Sin embargo, como suele suceder a muchos escritores, Sheldon se cansa de este personaje y decide acabar con su vida en el último episodio de la saga, El hijo de Misery, para dedicarse ahora a escribir historias más profundas que le llenen el gusto y hagan más justicia a su talento literario.


Como ya dije, Sheldon decide hacer un viaje, pero le ocurre un grave accidente, debido a la nieve del camino. Viene a despertar en la casa de Annie Wilkes, una ex enfermera que se declara fanática Nº 1 de Misery y que lo ha encontrado herido en la carreterra y ha decidido cuidarlo personalmente. Obviamente, ella reconoció de inmediato a su autor favorito, pues tiene todas sus novelas y él siempre aparece en las solapas de los libros. Así es como Sheldon se da cuenta que se encuentra con sus piernas rotas, aunque ya ha sido entablillado por su admiradora.

Lo que Sheldon no sabe, aunque empieza rápidamente a percatarse de ello, es que Annie está loca y, además, es una asesina en serie. Las cosas van más o menos bien al principio, Annie lo cuida y le da calmantes a base de codeína, mientras lee el último tomo de la saga. Todo cambia cuando Annie llega al final de la novela y Misery muere. Reacciona violentamente contra Sheldon tildándolo de asesino y enrostrándole ser una mala persona. Incluso lo hace quemar el manuscrito de la novela recién terminada, que le tomó dos años de trabajo, y lo obliga a escribir un nuevo libro de Misery.

De aquí en adelante, la novela se torna vertiginosa. Si el mayor horror, hasta el momento, había sido el olor apestoso de Annie, que Sheldon nunca podrá olvidar y que recibió violentamente con la respiración boca a boca que le dio la enfermera cuando lo vio accidentado, ahora deberá luchar poor su propia vida, enfermo y hasta mutilado, porque Annie Wilkes se le ha revelado en toda su desquiciada y asesina dimensión.

Así debe emprender la tarea de revivir a Misery, algo bastante complejo, pues Annie, como buena lectora, no acepta situaciones inverosímiles ni trampas literarias. Cada día ofrece y consuma terribles torturas a Sheldon, pero éste sabe que si no escribe esta nueva novela, Annie lo va a matar. También sabe que cuando la termine, Annie lo matará.

Así es como Sheldon seguirá escribiendo sobre su odiado personaje y sorprendiéndose ante el hecho de que está escribiendo una gran novela, su mejor novela, pero, al mismo tiempo, busca la manera de acabar con su secuestradora y salvar su vida.

Detengámonos un poco en Annie. Ya sabemos que está loca y es asesina, y también sabemos que su aliento es fétido. Agreguemos ahora que es corpulenta, muy inteligente y aguda, que viste en foma descuidada y suele andar sucia de comida, pues ésta se le cae en la ropa y ella no se cambia. Annie ha tenido problemas con la justicia, aunque nunca fue condenada y sus vecinos, que viven a kilómetros de distancia, la odian y le temen.

Novela interesante, se lee con el apuro de saber su desenlace y de ir averiguando, página a página, qué nueva atrocidad va cometiendo Annie. Trama atrapante, que no necesita crear monstruos sobrenaturales ni hacer llegar del espacio exterior criaturas fabulosas para crear auténtico miedo. King nos lleva a plantearnos ante la inverosímil (?) posibilidad de que los asesinos estén más cerca nuestro de lo que pensamos. Annie es una mujer común y corriente, graduada universitaria y que vive en una granja como tantas otras, pero que en la oscuridad de su lado oculto se revela como la más astuta, malvada y despiadada torturadora y asesina que podamos imaginar. Esto, en mi opinión, ha contribuido notablemente al éxito de la obra. Más allá de la innegable fluidez y vertiginosidad de la pluma de Stephen King, más allá de lo creativo de la historia, me parece que esa posibilidad, de que los asesinos se ven como personas normales y pasan en cualquier momento junto a nosotros, nos transmite un miedo intangible que va creciendo en la medida que vamos leyendo la obra.

¿Cuántas veces en la vida no habremos estado al lado, sin saberlo,  de personas con esas características? Asesinos, torturadores, psicópatas (agreguemos violadores, abusadores de todo tipo, sádicos) no andan con una etiqueta o rótulo que nos diga quiénes son realmente y esa posibilidad, que Stephen King plantea brutalmente en esta historia, de encontrarnos con ellos en cualquier sitio y ser sus víctimas desprevenidas, hace que terminemos la novela mirando inconscientemente para el lado, para ver quien está cerca de nosotros.

Solo dos tarde me tomó esta lectura, así que solo dos tardes conviví con Annie Wilkies a través de las páginas de este libro y fue, realmente, una experiencia horrible.

Para leer una versión digital de esta obra, pinche acá

prof. Benedicto González Vargas

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